GILES DE RAIS




Nacido en 1404 en el castillo de Machecoul, hijo de una de las familias más adineradas de Francia, recibió desde muy joven una amplia instrucción militar e intelectual, lo que le haría un joven atlético y extremadamente inteligente. A la edad de 10 años el padre de Guilles, Guy de Rais, apellido que adquiriera al casarse con su sobrina para acceder a la fortuna de la familia Rais; Murió durante una cacería de jabalíes por lo que Guilles heredó su vasta fortuna. Durante gran parte de su adolescencia estuvo bajo la instrucción de su abuelo materno que carecía de escrúpulos y era muy ambicioso, sus intrigas acrecentaron la fortuna de Guilles; este también lo forzó a casarse con su prima cuando sólo tenía 16 años para adquirir más riquezas, este matrimonio celebrado en 1420 sucitó cierta polémica por la relación de parentezco que tenían y por no haber pedido permiso para su realización al Pontífice en funciones.
A la edad de 24 años, Guilles de Rais peleó valientemente en la guerra contra los ingléses al lado de la célebre Juana de Arco por quien profesaba una profunda y secreta admiración a la que consideraba una especie de protegida. Sus éxitos militares le valieron el título de Marqués y el reconocimiento como héroe nacional, Sin embargo, la ejecución y quema de Juana de Arco causaría particulares reacciones en el jóven marqués. Rais consideró la muerte de Juana como una injusticia y consideró esta una traición de dios hacia una fiel servidora suya, en venganza, el marqués se dedicaría a intentar insultar a su dios en todas las formas posibles para desquitar la muerte de su protegida.

Guilles abandonó a su esposa y única hija y se retiró a sus varias propiedades donde daría carta abierta a la celebración de cuanto festejo absurdo y desmedido fuera posible permitiéndo el desenfreno de los asistentes, esto comenzó a menguar su fortuna pues los gastos y extravagancias que Guilles costeaba para sus residencias y las fiestas que en ellos se realizaban requerían sumas considerables aunado a ello la continuidad de dichos eventos. Para tratar de obtener más riquezas Guilles recurrió a la ayuda de alquimistas que pudieran enseñarle a materializarlo de la nada a través de la piedra filosofal, por supuesto, todos ellos eran charlatanes que sólo buscaban formas de explotar al desesperado Marqués, uno de ellos y el que más impacto causaría en la vida del Marqués, sería Francesco Prelati quien lo inició en la magia negra y le indicó que para poder recuperar la fortuna despilfarrada debía sustentar un contrato con el mismo diablo, evidentemente esta era otra charlatanería sin embargo hasta estos días sorprende su ingenuidad y credulidad, pues se había distinguido en su época por su gran inteligencia y conocimientos.
Decidido a suscribir un contrato con el diablo a fín de recuperar sus riquezas Guilles decidió poner una de sus más valiosas posesiones, el castillo Tiffauges a nombre del Diablo, asentando también que a su muerte heredaba todas sus posesiones al señor de los infiernos excluyendo su alma. Sin embargo el tan invocado demonio no se presentaba y Guilles decidió incurrir en cuantos aberrantes crímenes le fuera posible para poder ganarse la venía diabólica, de este modo hizo secuestrar a un hermoso niño de las familias pobres de Machecoul que sería cruelmente torturado y asesinado, a este niño le seguirían varios más.
Pese a todo el demonio no se aparecía al marqués que comenzaba a desarrollar un perverso placer sexual ante las torturas y sufrimientos de los niños y adolescentes maltratados gozando increíblemente al lacerarlos y mutilarlos. , Guilles de Rais también gustaba de otras practicas nefastas sobre los cuerpos sin vida de los infantes, así mismo desarrolló la tendencia a coleccionar las cabezas más bellas de sus víctimas, que hacía peinar y maquillar para posteriormente decorar su habitación con ellas; era muy común que el Marqués y su séquito de esbirros organizasen concursos para elegir a la cabeza más hermosa que se emplearía después para la necromancia.
En 1432, un aprendiz de doce años de edad desapareció para siempre de la aldea de Machecoul. Es preciso decir que Gilles de Sillé (primo del otro Gilles) había pedido permiso a los superiores del niño para enviarlo a un encargo. Otro niño de nueve años, quien se encargaba de los bueyes que pastaban en prados cercanos, también desapareció de la faz de la Tierra, luego de hablar con Sillé. Una viuda que habitaba frente al castillo se lamento de la desaparición de su hijo de ocho años, "un hermoso muchacho de piel blanca, y muy hábil". Dos semanas mas tarde se noto la ausencia de otro niño. Para calmar los alterados ánimos en la aldea de Machecoul, Gilles de Sillé explico a la gente que había raptado a los niños para enviarlos a Inglaterra como parte del rescate que se pedía para conseguir la libertad de su hermano, prisionero de los ingleses, los cuales exigían cierto numero de muchachos para adiestrarlos como pajes.
La verdad es que durante cinco años Gilles cometió crímenes horrendos con esos niños. Al final les esperaba el asesinato y la sodomía. Gilles de Rais también practico la alquimia y la magia, que utilizaba en los asesinatos de cientos de niños. Secuestraba, violaba y despedazaba lo mismo a muchachos que a muchachas; pero sus preferencias sexuales eran con los jóvenes. Después de llevarlos a su castillo, el y sus amigos abusaban de ellos, tras lo cual los mataban y bebían su sangre de la manera más horrible.
Cuando había participado en una de aquellas orgías, Guilles quedaba sumido en una especie de "coma", de la que emergía con renovadas ansias y ferocidad.
Las continuas desapariciones de los niños cerca de las propiedades de Rais eran motivo de especulaciones, si bien nadie se atrevía a acusar directa y abiertamente a Rais ya que aunque empobrecido seguía siendo un personaje poderoso y realmente de temer. Sin embargo los crímenes de Rais no quedarían impunes, el duque de Bretaña hizo investigar las desapariciones de estos niños llegando al resultado de la culpabilidad de Rais en la perpetración de los crímenes, fue apresado en su castillo de Machecoul en septiembre de 1440. El duque lo hizo comparecer acusado del asesinato de por lo menos 140 niños y adolescentes, pero Rais se negó a declararse culpable razón por la que fue sometido a las más diversas torturas.
No fue sino hasta que se le amenazó con excomulgarle que Rais decidió confesar allegándose total culpabilidad en los crímenes detallandolos y revelando una cifra de casi 200 niños y adolescentes muertos para satisfacer sus depravaciones, negando que nadie más hubiera participado de ellas, si bien era evidente que trataba de proteger a los que le sirvieron y colaboraron en sus crímenes. Guilles de Rais y dos de sus más activos ayudantes fueron sentenciados a muerte, antes de ser colgado Rais se disculpó públicamente ante el pueblo por sus acciones, además de recomendar que nadie siguiese su ejemplo ni se sumiese en la perversión en que se sumió él, aferrado a su devoción católica fue colgado y quemado en la hoguera; por petición de los familiares el cuerpo parcialmente quemado fue retirado del fuego para enterrarsele

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