Los orígenes de la música están llenos de leyendas que relacionan de una forma muy directa a la música con el diablo.
Muchos son los instrumentos relacionados con el diablo, pero tal vez uno de los que más polémicas ha suscitado en la edad antigua sea sin duda la flauta, que se asociaba, por ejemplo, con Mercurio, lo que daba lugar a un simbolismo alquímico. En una obra del siglo IV, uno de los padres de la Iglesia describió este instrumento como el "símbolo de la serpiente", el portavoz del diablo. Se consideraba que los movimientos del instrumentista correspondían a las torsiones del diablo. Continuando con la mitología griega, podríamos citar a otro flautista, el sátiro Marsias, que tras haber desafiado al dios Apolo, que tocaba la lira, y haber perdido la competición musical, fue desollado vivo.
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Bosco: El carro de heno |
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Orfeo |
"[.] Tomó su arpa y la afinó y marchó al valle del horror sin detenerse hasta llegar a la puerta del Infierno: allí dejó oír fuertes lamentos por el amor perdido. Allí tocó en su arpa con máxima dulzura la balada inmortal, junto a la verja del Infierno [..]" |
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Niccolò Paganini |
En el folklore de muchos países, el diablo está asociado en particular al violín, asociación que ha dado pie a numerosos cuentos y composiciones musicales (pensemos, por ejemplo, en El cuento del soldado de Stravinsky). No obstante, dicen que el diablo y sus demonios son capaces de tocar muchos instrumentos, entre ellos algunos de invención propia, y adoptan múltiples formas, ejemplo de esto citaremos el gran número de instrumentos de cuerda asociados a diversos tipos de animales; animales que en este contexto simbolizan el pecado y la concupiscencia. En especial, la difundida imagen del burro que intenta tocar el arpa.
No podemos dejar de mencionar a compositores mas recientes que han dejado en sus obras plasmada la presencia del diablo como son los casos de Pier Gynt de Ibsen y Grieg, la tetralogia de Wagner El anillo de los Nibelungo y a otros autores como Schumann, Berlioz. Franz Liszt con obras como El Vals de Mefisto o la sinfonía Fausto.
Resulta sorprendente que en la actualidad la supuesta música del diablo sea tan omnipresente como lo fue hace un milenio. El diablo, al parecer, está presente en todos los tiempos y lugares Puede ser aterrador pero, al mismo tiempo, fascinante.