ESPECTRAL NOCHE
Vida me diste y del crepúsculo soy,
lujuria vendiste a este tu súbdito mortal.
Madre mía eres, deidad lúgubre temperamental
guardián tuyo me hiciste al cobijar mis ilusiones
en la oscuridad de las decepciones. Maestra de vida te hiciste
al enseñarme que la muerte es sólo un deseo, que hay que vivir para a aprender
y no aprender para vivir, silente es tu presencia, abrumadora en tu pasividad,
toma fuerza tu nombre con el suave correr de la brisa y el triste zozobrar del astral,
rompes en destellos, ira y crueldad al empezar el alba, muriendo con esté y esperando
un leve letargo con doce campanadas para volver a anidar en tu pecho espectral.
