Yo la observo enfermo desde mi cama,
en forma e hombre calvo se presenta
Hacen una música que apaga el alma.
Desde aquella esquina sombría,
Mediante perfectas notas,
La muerte compone su sinfonía,
Que a todas las almas agota,
Melancolía y tristeza me hacen sentir,
Me invita a reflexionar,
El sol empieza a morir,
La noche parece llegar,
La muerte me mira a los ojos,
Mientras sus manos no paran de tocar,
Comprendí que somos un despojo,
Que a la muerte no podemos esquivar,
Le pedí a la muerte a través de la mirada,
Que no me llevara todavía,
Que quería su música sosegada,
Hasta la llegada del día,
Desde mi ventana la luna reinaba en las alturas,
Y la muerte lo hacia en mi habitación,
Me siento libre de ataduras,
Su música me ha curado el corazón,
La muerte me invita a danzar,
Dentro en mi imaginación,
Danza de la muerte que hace gozar,
Sinfonía y danza vicio sin salvación,
La muerte me desveló su secreto,
El que yo viviría tras mi muerte,
El destino concreto,
Del que no salva ni dinero ni suerte,
Pues una vez muerto el cuerpo,
También se pudre el alma,
Ya que la muerte es el último puerto,
El sol empieza a surgir en el cielo,
La muerte me ha empezado a llamar,
Ya no siento miedo,
Mis ojos se acaban de cerrar.
La muerte compone su sinfonía,
Que a todas las almas agota,
Melancolía y tristeza me hacen sentir,
Me invita a reflexionar,
El sol empieza a morir,
La noche parece llegar,
La muerte me mira a los ojos,
Mientras sus manos no paran de tocar,
Comprendí que somos un despojo,
Que a la muerte no podemos esquivar,
Le pedí a la muerte a través de la mirada,
Que no me llevara todavía,
Que quería su música sosegada,
Hasta la llegada del día,
Desde mi ventana la luna reinaba en las alturas,
Y la muerte lo hacia en mi habitación,
Me siento libre de ataduras,
Su música me ha curado el corazón,
La muerte me invita a danzar,
Dentro en mi imaginación,
Danza de la muerte que hace gozar,
Sinfonía y danza vicio sin salvación,
La muerte me desveló su secreto,
El que yo viviría tras mi muerte,
El destino concreto,
Del que no salva ni dinero ni suerte,
Pues una vez muerto el cuerpo,
También se pudre el alma,
Ya que la muerte es el último puerto,
El sol empieza a surgir en el cielo,
La muerte me ha empezado a llamar,
Ya no siento miedo,
Mis ojos se acaban de cerrar.
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