SUS OJOS EN EL INFIERNO
El aire seco se esparce por los muros de la inconsciencia
sonidos desconocidos al corazón aceleran
una atmósfera siniestra seduce los cuerpos a la inercia
palabras infligidas desde el pecho exasperan
las incongruentes batallas que a la razón inquietan
cae la mano sobre la calavera, el cruce de miradas
en la oscuridad soló vislumbra nieblas
nombres antiguos procuran acabar con la inocencia
que se balancea inquieta semi dormida sobre una mesa
manos la sujetan deseando ser uno con ella
la daga en la mano, no tiembla y en ella se penetra...
Un misterio sucumbe ante el espíritu demiurgo
ilusiones de demonios luchan por tomar forma
la sangre brota a borbotones y caen sobre el fuego
sombras desnudas gritan bajo la capucha
una joven amamanta al macho cabrío
con movimientos carentes de amor pero no de seducción
lanzan injurias sobre la trinidad de lo sagrado
infiriéndole fuerzas a un poder sobre natural
desencadenando siglos de destrucción
entregandose al destino de un tortuoso final.
El efecto del sedante esta pasando
vuelve su mirada y asustada sujeta un manto
golpea una copa y derrama su contenido
el sacerdote le grita: Maldita has manchado el libro!
Agitado la apuñala pero no ha concluido el rito
sabe que podría también morir, pero eso tal vez quiso
de una u otra forma ya sabía que estaba maldito.
Los ojos hambrientos de rabia apuñalan
además del sacrificio a los presentes
el humo del pentágrama en sus pies aumentan
los símbolos desaparecen el final es inminente
cadenas rugen sobre el suelo figuras sin formas
se retuercen sobre sí, con gritos desesperados
con angustia en sus manos lo buscan
van tomando de los cuerpos lo que queda
una voz áspera retumba, ¿Quién me ha invocado?
Con propiedad espantosa se pregunta.
Pagarás el precio despreciable humano
con el dedo acusador lo apunta
se rompe el círculo y entre alegría jubilosa
abre los brazos hacia la salvación venidera,
abre los ojos en el infierno se encuentra.
Abre los ojos y de su sueño despierta.