AMOR CIEGO



Este amor es ciego, más no mudo,

me atormenta por las noches sin querer…
deslizando ecos de infortunio
como dulces besos del ayer;
y puedo estar ciega…pero escucho,
como arrastra una razón de ser…
y no le importa, si con eso me desgasta
porque este amor nada más que piensa en él.

A veces río…por no llorar…
¡Y es que he llorado tanto!…
que casi no puedo recordar,
aquellos días tan felices de mi encanto,
en los que no había, quien me hiciese a mi llorar…
hasta que inocentemente, para mi hoy espanto…
en su camino, yo me vine a atravesar…

Y he dejado los pies en el asfalto.
Y he dejado la frente en su dintel…
Y tal parece que de allí he agotado el llanto,
y ha quedado mi cuerpo inerte en el tropel
cansado de si mismo, como esperando, 
inútilmente, por un nuevo amanecer…

Si me conduelo de mi misma,
de ustedes, mis hermanos,
¿qué me puedo yo esperar?.
Respiro hondo…caen mis manos
y pretendo, escribiendo, 
al tiempo engañar, ¡que va!
Diluyendo entre lágrimas segundos, minutos…
cualquier límite, que me permita obviar…
que a una depresión profunda 
estoy a punto yo de entrar…

Si ya veo las puertas…
Ya veo la oscuridad…
Por un momento me aferro
a estas pequeñas teclas
y tecleo y tecleo…
buscando un último hálito de voluntad…

Pero es tarde…la puerta tras de mi se cierra…
La oscuridad proyecta un frío espectacular…
Menos mal, que me sé de memoria las teclas,
y he podido continuar…

Acosa el silencio…
Paralizado el plexo,
cada vez me es más difícil respirar.
Aun hay conciencia…entiendo…
pues aun escribo sin parar.
Más nada veo…nada siento…
Nada puedo escuchar…
ni tan siquiera el sonido de las teclas;
ni tan siquiera la hendidura,
monótonamente indiscreta,
que se supone que hacen las teclas
cuando las vuelvo a teclear…

¡Bien!, eso no importa…
Segundo, tercer plano,
incluso en estado de inmortalidad,
ante el hecho crudo y claro
de que me he desdoblado:
en mitad y mitad…
una enferma, asustada
de tanto sufrir, cansada
de tanto llorar sin par…
La otra, diestra e inteligentemente, dispuesta
a censurar a su hermana
o a su otra mitad.

No hay jueces. 
Yo ya no existo,
me he disgregado 
y no me he vuelto a juntar…
Nada existe.
Nada duele.
Hay guerra…
pero no se 
quién quede…
justo al final…

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