EL HECHICERO DEL FUEGO





Un hechizero el fuego del cielo engendró
para hacer el ritual de desmembrar
su corazón de las entrañas
y romper todo el daño en él.

Del aire bebió su sentir
y recogió las cenizas que dejó
de la tierra la enfermedad que brotó
sucumbiendo con las fuerzas en él.

Así nació un caballero de sangre
con un corazón frágil
capaz de enamorarse una sola vez.

El dolor le rompió el alma
las lágrimas de los justos
le mojaron los labios del yugo
de un episodio sin terminar.

Sólo queda en su armadura
los besos de su amada
y sobre su corazón moribundo
una espada por siempre clavada.

He aquí como nacen los guerreros
elegidos por la mano de LA TIERRA
destinados a morir en la batalla
por los labios de una bella dama.

Invoca a las legiones de sabios caballeros
que galopan entre los ríos de sangre
viajando en la oscuridad de la noche
ocultos en las voces del día.

Hombres valientes que no les intimida
la superioridad del enemigo
ni el terror que a su paso provoca
la duda de saber si habrá sobrevivencia.

Llevamos como armas de batalla,
rosas y sueños de nuestra esencia
la piel de la bondad nuestra coraza
y por escudos nuestros recuerdos.

Nuestro estandarte es el corazón
la sangre misma del sol
es la vida nueva que hoy comienza
con la llegada de nuestra muerte.

Que si bien en la creación del universo
fue necesario el sacrificio de los Dioses
el mantener la rotación y el curso del tiempo
es ahora nuestra obligación.

Y para quienes mueren en pelea
un homenaje se les brinda
pues son ahora ellos quienes nos guían
entre códigos que flotan en el viento.

Cada vez son menos los guerreros
dispuestos a tomar el designio de Dios
a esta misión de vida eterna
aunque sepan que su muerte esta segura.

Hay que hacer alianzas,
únanse a nuestra sangre
caballeros de otros mundos,
domadores de otras generaciones.

Somos una raza en extinción
pero nunca dudes bella princesa
que donde haya amor
siempre existirá un guerrero del sol.

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