A tus labios coloco hoy
un lucero lleno de temor
que imagino ser una constelación un día
tan inmenso que se desvaneció.
Quedo solo encerrado en su espacio
entre nebulosas y fríos cometas
haciendo compañía a nuestra luna
cuando despierto el se desvela.
Mirando a lo lejos, solo mirando
en busca que alguien escuche
su lamento inmortal, profundo
mientras que la nada lo hunde.
Ya se esconde entre eclipses
en el seno de un meteoro su hogar tallo
no sabe nada, sobrevive
en la túnica negra de un adiós.
Vaga en la noche terrestre
de extremo a extremo, de norte a sur
si acaso una vez lo encuentras
Así estoy yo, así me dejaste tu.