DEVORANDOTE



Ciertamente fue un sinfín de abrazos, besos y caricias,
vivía en un perpetuo jardín de las delicias,
jugamos, discutimos, peleamos, nos reconciliamos, pero me volviste a permitir que nos escondiéramos, nos encerráramos, y volviera a devorarte sin quejidos, reproches o rencillas, poco a poco, fue todo un poema loco, devorando tus quejidos, tus anchos hombros permitidos, tu viente agradecido, tus manos,
tu sangre, tus pies ensangrentados, manchados y resucitados,
un poco a poco cada vez,
poco a poco, me dijiste tal vez,
cada vez que moriste volviste a vivir,
a reir, a llorar y a suplicar, cada vez y poco a poco se volvió gusto a poco,
como un loco te vi llorar pero te ví alentar, me dijiste que no y me dijiste que sí, poco a poco, fuí un loco,
te saqué en despojos, me miraste y volviste a morir, y yo volví a vivir,
tus quejas me dejaron a obscuras,
pero pronto regresé a tus cejas y las besé,
sintiendo un poco de piedad,
y temiendo no volver nunca a una castidad, ni sé por qué,
ni de qué,
ni en qué,
pero poco a poco devoré tu muerte, volví a quererte, volviste a vivir y me volviste a esperar,
a querer,
a desear,
y a amar,
y por eso tendré que volverte,
a devorar.

Sin comentarios