Recostada en el altar nocturno de tu habitación,
en una hora silenciosa que colabora con mi necesidad
materializo mis deseos en un derrame de locura,
inhalo una vez mas el aroma a muerte que me provoca
regresar a tu lado en esta imagen inconclusa de mi mismo
soy una sombra, o quizás solo un intento de lo que fui.
Con una caricia helada y sigilosa, ruborizo tus pechos al acercar
mis manos, oleadas de resistencia en tu cuerpo me dicen detente
pero la maldición que poseen mis pensamientos te ignoran
veo el rosto perplejo de un ave negra que se poza en tu ventana
como incitándome a continuar.
Construyo un pasadizo de placer entre tus piernas
que abren las puertas al paso de mis suspiros
y tus manos buscan un refugio entre las mismas
el infierno te aclama por el logro conseguido
pero el cielo se estremece de envidia por el placer
que te provoco.
En un susurro logro escuchar mi nombre
y la muerte reacciona al recordar mi partida
en su caravana negra y oscura.
una lagrima se derrama del manantial de tus ojos
mientras tu sexo es extirpado por tus manos,
conjuro a los demonios que me acompañan para
poder tan solo sentirte una vez mas, estos rehúsan
ayudar, y prefieren masturbarse ante esa imagen
inscrita en tu altar, el orgasmo se avecina entre la avenida
de la lujuria y la calle del placer, al recordar lo calido
de mi ser dentro de ti, estallidos de locura explotan en
tu cuerpo erizando tus pezones alborotando las sabanas
y exhalando un suspiro de placer.
Tan solo me queda maldecir y profanar el pensamiento
de dicho placer, maldigo al cielo y bendigo a la muerte
por permitirme verte gozar una vez más.
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