De las sombras se abrieron las puertas
en el bosque de la niebla
un séquito de almas muertas
salieron de su condena
En el eco del silencio
sus gritos tortuosos cantos
que con la brisa mortecina
esconden sus llantos
Vacío sin rostro
solo es su mirada
voces de lobos
aullando a la nada
Huesos descarnados
leyendo poemas escritos
sus palabras,
poemas malditos
Sus labios fríos,
besos ardientes
como dagas al rojo vivo
desgarrando sus dientes
Ahorcados en sus gritos
ahogados en sus lágrimas
pintan la noche con la sangre
de sus muñecas y gargantas
Se marcharan con la aurora
arrastrando sus cadenas
se marcharan a primera hora
a llorar por sus penas
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