Si nos enfocamos a la característica clásica que define a un vampiro, y me refiero a su gusto por la sangre, Michelle sin duda sería uno de ellos.
Michelle tiene 29 años y es un artista del tatuaje americana que tiene una adicción muy extraña. Ella es adicta a beber sangre humana y animal. Esta mujer “vampiro” llega a beber hasta 36 litros de sangre de cerdo por semana, pero dice que prefiere beber sangre humana.
Adicta a beber sangre.
Empezó a beber sangre cuando era una adolescente, después de estar deprimida y practicarse cortes en diversas partes del cuerpo, se convirtió en una apasionada de ver la sangre gotear por sus brazos. Michelle dejo de cortarse, pero a partir de ese momento, nunca dejó de beber sangre.
En los últimos diez años, Michelle ha bebido sangre suficiente cómo para llenar 23 bañeras, se estima que ha bebido un total de 4,500 litros de sangre, si fuera una mujer vampiro real, ya habría bebido la sangre de unas 900 personas con peso promedio.
La mujer almacena reservas de sangre animal en el congelador y acostumbra a beber sangre humana una vez a la semana. Michelle compara su adicción a la de un fumador. Sus pasatiempos favoritos, mientras disfruta de la bebida son algo bastante común: la lectura de libros y la pintura.
Pero Michelle no sólo toma la bebida pura, innovó el arte culinario mezclando sangre con sopa, papas fritas y hasta con la bebida Bloody Mary.
Cuando tiene que beber sangre de animales, prefiere la de cerdo o la de res. Para la vampira, la sangre de cerdo es más salada y tiene la consistencia del vino.
Michelle bebe sangre humana tanto como le sea posible. Dice que la sangre del hombre y la mujer son diferentes, y que la del hombre es más gruesa. Sin embargo, no se define así misma como una vampiro.
Su amigo Johnny es una de sus “víctimas” habituales. Ella bebe sangre directo de su brazo una vez por semana durante un máximo de cinco minutos. En cuanto a posibles enfermedades, afirma que no hay peligro, por qué sólo toma la sangre de las personas cercanas y que ya se han hecho la prueba del VIH y otras enfermedades.
Después de revelar su adicción, su madre estaba extremadamente inquieta y no dejaba de llorar. La madre de Michelle dice que la adicción es extraño y repugnante e insiste en que tiene ver a un médico.