Las cabinas de sexo, que serán utilizadas por los suizos, a partir del 26 de agosto, e instaladas con la pretención de regular el ejercicio de la prostitución en la ciudad.
En las imágenes se puede captar una vista general del lugar donde se han instalado las cabinas del sexo casual, durante la presentación de las instalaciones.
Las cabinas para vehículos están localizadas fuera del centro de la ciudad, para que las prostitutas y sus clientes puedan utilizarlas, como parte de las medidas tomadas por las autoridades para regular la prostitución callejera y mejorar las condiciones de los trabajadores sexuales.
Zurich evaluba desde hace unos meses el proyecto, que busca crear espacios de privacidad para tener relaciones en la vía pública.
La policía de la capital suiza fue quien prupuso que las personas puedan tener sexo en la vía pública, pero de forma más reservada. Según informó el periódico Times, cansados de luchar contra la oferta de sexo en la vía pública, decidieron reducir su impacto para la sociedad.
Las cabinas son una especie de garage para autos, cada una separada de la otra, lo que impide el contacto con el resto de los usuarios. El espacio está preparado para que entre un vehículo normal y se complete el servicio lejos de los ojos de los transeúntes.
Esta idea de cabinas para el sexo ya fue implementada en dos ciudades de Alemania: Colonia y Essen.
Las casetas tendrán un tejado y muros para mantener la privacidad y un fácil acceso para los autos. El ayuntamiento estima que alrededor de 30 prostitutas podrían beneficiarse con esta medida.
La gran diferencia es que hasta ahora la prostitución estaba reservada al espacio público", explicó Michael Herzig, responsable del departamento de Bienestar Social de Zurich, a Swiss Radio. "Ahora vamos a cambiar esto y definir nuevas reglas para la prostitución".
La apertura de estos cubículos coincide con una reforma más ambiciosa en las leyes que regulan la profesión más antigua del mundo en toda Suiza.
Esta práctica sexual se prohibió en ciertas áreas de Zurich hace unos años. El resultado fue nefasto. Comenzaron a amontonarse las quejas de mujeres que se sentían acosadas y aumentaron las actividades de los proxenetas, explicó The Telegraph
Las prostitutas que utilicen las cajas o cubículos sexuales tendrá que contratar un seguro médico y adquirir una licencia de unos 30 euros, para ejercer su oficio. Además, también tendrá que aportar alrededor de 4.5 euros en una máquina expendedora.
El Consejo también considera que la privacidad que ofrecen los cubículos, ayuda a preservar el anonimato de los clientes