ETERNO EDIFICIO




Tragedias van desfilando
entretejidas con indiferencia
se extienden por la ciudad en gélido manto.

Cuanto vacío tan humano,
cuanta frialdad convertida en materia,
enmudecen de horror las horas del día ante el sordo llanto
que emite la tierra en todos sus espacios.

Las luces se vuelven opacas
y el sórdido murmullo de las noches
es paisaje inmutable ante las tragedias tristemente humanas.

¿Habrá en un lugar escondido un ser
exento de tan variadas sensaciones?
¿Queda aun esperanza para reencontrarme?
No, hay con que alimentar mi interior,
en espíritus vivos no hay derroches.

Universo saturado de nauseabundas creaciones
con movimiento y sonido;
la vanguardia es forma en los caminos,
pero al final de mi ojos es vacío,
ese vacío que se hace grande,
que se hace eterno,
que se convierte en nada.

Siento en remolino descendente
el lado vivo del universo
y a la vez siento como se pierde su alma.

El paisaje ofrece enormes logros
en inertes formas de materia vana;
indiferentes a la sonrisa,
el sabor de un saludo queda atrapado y no fluye más.

No saboreamos la caricia de la brisa,
siempre caminando rápido y en extrema prisa
se nos vuelve la vida un eterno edificio
que no atina alcanzar feliz la cima.

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