Aquella noche en la que
lobos aullaban
y almas gemían del dolor
se escuchaban
llantos de mujeres desesperadas
y moribundas
frente al lecho de sus amados
que eran devorados por
unas jaurías de lobos
hambrientos
que les arrancaban
la carne
a pesar de que
ellos aun continuaban
con vida
Los llantos de las mujeres
se convirtieron en ríos
de dolor
y de sangre
eterna
que ellas
hacían brotar de sus entrañas
Sus hijos horrorizados lloraban
pero sus madres no los escuchaban
porque ellas murieron por seguir
a sus amados
esposos.