FUNESTA MUERTE


 


El panorama se vistió de un sublime gris
Mientras el viento del norte se adentraba por la celosía
De la ventana de un cuarto frió y empolvado
Y Congelaba los sentidos agonizantes 
De un cuerpo indiferente y empapado de sangre
Sutilmente recostado en una silla de madera algo arcaica
¡Un hedor a pólvora rondaba por aquel lúgubre ambiente!
¡Por aquel melancólico cuarto de paredes blancas!
Donde todas las noches se grabada 
Con el tizne de un cigarrillo tras otro
La soledad que a ese cuerpo acongojaba
Era la escena del crimen perfecto
Y yo una especie de sherlock Holmes
poco ortodoxo y algo anacrónico
Para asimilar con frialdad tal escena
¡Escena atroz y algo familiar!
donde los únicos testigos
Eran unas cuantas botellas de alcohol a medio llenar
Acompañadas por una que otra colilla de cigarrillo 
Desperdigadas alrededor de un cenicero
Que se entremezclaban con pequeños charcos de sangre a medio coagular
Y Que se semejaba a una obra pintada al oleo
Como eufemismo de desesperación
¡No hubo ninguna sentencia!
¡Ninguna carta de despedida!
¡Ninguna nota con tan siquiera una breve explicación!
De el por qué de este hecho…
Solo una cabeza con un orificio de bala sin salida
Solo una mirada entre dormida y vacía 
Que se proyectaba hacia el techo
Una boca seca y entre abierta
¡Que no soporto más!
Aguantar un último alicorado aliento
Todo esto encerrado
En un rostro pálido y de facciones jóvenes
Algo alargado y de apariencia convaleciente
¡Un revolver en el piso!
¡Y la presencia funesta de la muerte!

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