
Dime,
cómo explicarte
el sentido que toman mis palabras
cuando puede estar en conflicto
con el de mis pensamientos.
Mis ideas fluyen equivocadas,
domesticadas,
fruto de mis salvajes juicios.
La vida es una cárcel,
es una condena
en una sociedad
que me importa una mierda.
Por más salvaje que quiera ser
no puedo luchar contra los instintos
heredados de mi especie.
Instinto de supervivencia,
instinto paternal,
instinto sexual.
Quiero ser un animal salvaje
matar a mis compañeros
después de la cópula,
comerme sus cuerpos
a bocados
bañarme en su sangre
y hacer de ese instinto mi religión.
Pero cómo te lo voy a explicar, mi cosita tierna,
si me miras con esos ojitos
que no entenderían nada.
Mejor que hoy salgamos a cenar a un restaurante.