CORCEL BLANCO (LA PERIODISTA Y EL NIÑO)





Una respetable periodista
le preguntó a un niño de la calle
que cuál era su juego favorito,
cuál era su divertimento
cuando estaba solito.
El niño en un ataque de sinceridad,
pues ya se sabe
niños y borrachos nunca mienten,
niño borracho no será falso,
le contesto a la señorita:

Mi juego favorito es cabalgar
con mi corcel blanco,
trotar por bosques de cemento,
navegar por mil mares.

Mi corcel blanco es mi juego favorito,
mi divertimento cuando estoy solito.
Él me da manta para el frío,
me da comida para el hambre,
mi corcel no me abandona.
La periodista le pregunta sonriendo
si le dejará trotar a lomos de su corcel,
galopar por los bosques

montada a lomos de su corcel.
El niño sonriendo le contesta: imposible
señorita, pues mi corcel va por vena,
mi corcel navega
por mi sangre cual velero,
trota por mis venas como
si fueran tierras de libertad.
El niño entrega a la señorita
una preciosa jeringuilla:
tome este es mi corcel blanco…

Mi caballo de sangre,
el cual por mis venas trota
con la fuerza que a mi me falta,
me da manta para el frío,
me da comida para el hambre,
mi corcel no me abandona.

Mi corcel navega por mi sangre
cual velero,
trota por mis venas
como si fueran
tierras de libertad.
Mi corcel blanco me hace recordar
lo que ayer soñé.

Me hace ver todo aquello que perdí.
Mi corcel no me abandona,
me da manta para el frío,
me da comida para el hambre,
me da cobijo cuando soledad…

Cuentan las malas lenguas
que la periodista ya
tiene su propio corcel

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