LOS DELFINES Y BALLENAS SON REENCARNACIÓN DE ALMAS PLEYADINAS


Aunque
pareciera disparatado afirmar algo así, muchas personas creen que los

delfines
y las ballenas han encarnado en nuestro planeta como guardianes de una
frecuencia evolutiva destinada a elevar la conciencia de los habitantes de la
Tierra.

El New
Age postula una nueva mitología, poblando la mente colectiva de
extraterrestres, vórtices y frecuencias multidimensionales, donde antes
habitaban hadas, ángeles y bosques. 

Más allá de que este movimiento, es generalmente una de las más
conspicuas manifestaciones de la charlatanería y lavado de cerebro, donde miles
de personas se convierten en fánaticos de espíritus transdimensionales que
escogen encarnar o ser canalizados por mujeres, en la crisis de los 40 que usan
collares de cuarzo y ropa holgada de colores brillantes y viven en ranchos en
Arizona o en Montana y tienen problemas para dominar la gramática de su idioma
pese a sus escritores fantasmas-, lo cierto es
que el New Age produce interesantes...historias, que a veces tocan fibras
arquetípicas, tejiendo un puente resonante entre la ciencia ficción y el
paganismo. Una de las más divertidas y poéticas es la de los delfines y las
ballenas que provienen de los sistemas estelares de Sirio o de las Pléyades.
Al decir que el New Age es terreno fértil para la manipulación y las
más estrambóticas creencias, no queremos negar la posibilidad de que algunas de
las teorías que sostiene puedan ser verdad, o que incluso una nueva era se esté
manifestando, solamente enfatizamos una generalidad: que, como en el caso de
muchas religiones, muchos de sus adeptos son víctimas de la extorsión monetaria
e idiológica bajo una fe ciega y transfieren su poder personal a un salvador o
ente mesiánico
generalmente
extraterrestre o un avatar- que promete la iluminación o el despertar de la
conciencia a cambio de seguir un sistema canalizado (y engordar sus arcas).
Dicho esto, no negamos la posibilidad de que existan seres
extraterrestres o entidades multidimensionales más evolucionadas que tienen
comunicación con los seres humanos
en un universo tan fascinante y misterioso como el nuestro, esto no
sería ciertamente lo más extraño, es más, la historia de la psicología humana
está poblada por estas voces astrales, ya sean epifanías o meras químeras.
Jugando
con esta idea, como juegan los delfines con las olas, consideremos esta noción
difundida entre el New Age de que los delfines y las ballenas son espíritus
guardianes enviados por una civilización más avanzada de Sirio o de las
Pléyades, o que incluso estos extraterrestres luminosos han encarnado en estos
cetáceos para cuidar la biomatriz del planeta y para elevar la frecuencia
vibratoria, de esta forma asistiendo en la evolución de la conciencia.
Al
parecer esta idea -la de los cetáceos astrales o extraterrestres- proviene de
la importancia que la tribu africana de los Dogon ha dado al sistema estelar de
Sirio, descubriendo por sus propios medios la existencia de una segunda
estrella, Sirio B (o Digitaria) y hasta aparentemente una tercer estrella
(Sirio C o Emma Ya).
El misterio de cómo los Dogon descubrieron estas
estrellas sin contar con un telescopio, antes que la ciencia moderna, es
expuesto en el libro,
 “The Sirius
Mystery”,
 de Robert Temple.
Según la
leyenda, los Dogons recibieron el conocimiento a través de unos seres
acuáticos, llamados Nommos, los cuales tomaban cuerpo de delfines, ballenas y
sirenas. Estos seres demostraban un alto desarrollo en el uso del sonido. Según
la ex actriz Shirley Mclaine, una fuente quizás poco confiable, los Dogons ven
a los Nommos y a los delfines como “los monitores del universo”, transmitiendo
la onda radial cósmica.
Aparentemente
una humanidad previa, Lemuria, habría recibido los conocimientos de estos
linajes cetáceos sirianos, también llamados los hombre de mer, del mar, prefijo
también de los Merovingios.
Curiosamente el gurú Sai Baba (muerto
recientemente) dice que la Virgen María, madre de Cristo, era un delfín azul de
Sirio. Varios autores han
 conectado el linaje de Jesús, con los Merovingios y con la sangre real de Sirio, el santo grial.
Por otra
parte existe una interesante conexión entre los delfines como pastores de almas
y Sirio. Sirio, es la estrella del perro, Canis Majoris; en Egipto Osiris era a
veces representado con una cabeza de perro como señor de la vida después de la
muerte. Su esposa y hermana, Isis, está estrechamente vinculada con Sirio (tal
vez está pareja divina representa a Sirio B y Sirio A o hasta a Sirio C, el sol
de la mujer según los dogon). Isis ayuda a Osiris a renacer de la muerte
tejiendo con su voz un falo de oro, pieza faltante de su cuerpo de luz, el cual
había sido despedezado por Set (¿el tercer heramano siriano?). Los delfines
tradicionalmente han sido asociados como vehículos del alma en su camino a otro
mundo. El poeta William Butler Yeats, escribió su poema “News For the Delphic
Oracle” con esto mente:
A
caballo entre cada vuelta de un delfín
Y
estabilizado por una aleta,
Los
Inocentes volverán a vivir su muerte,
Sus
heridas abiertas de nuevo.
De manera totalmente bizarra, un sitio que dice canalizar al espíritu Jonh F Kennedy escribe que “los delfines son regalos” de una
civilización extraterrestre y que cuando el ser humano eleve su conciencia
éstos se convertirán, como los perros ahora, en sus mascotas, formando una
sinergía cósmica.
En este
tono, un comentario que encontramos en un sitio new age dice: “Terra es la
interfaz subacuática del dub de Sirio” y agrega que Sirio es la cabeza de
nuestra experiencia de realidad y que estamos en ambos sitios simultáneamente,
en Sirio y en la Tierra. Aquí escuchando las transmisiones desde la radio de
Sirio que nos reconectan con la mónada, la mente angelical y el Logos solar. El
sonido de los cetáceos sería esta transmisión de las frecuencias que nos
recuerdan nuestro origen galáctico.
Existe
cierta confusion en el sentido de que algunas personas atribuyen el mismo
origen estelar de los cetáceos solo que a las Pléyades, y dicen que los
delfines son almas pleyadianas encarnadas en la Tierra. Los pleyadianos, según
la narrativa del new age, son los extraterrestres de la luz, en algunos casos
una especie de hermanos mayores que nos guían evolutivamente a través del
espejo cósmico.
Encontramos
que existen dos referencias particulares a los delfines pleyadianos. El trantra
de delfines y el “Dolphin Star Temple Mystery School”. El tantra de delfines es
supuestamente una enseñanza pleyadiana a través de los delfines para poner en
práctica una sexualidad alegre sin inhibiciones en la que fluya la energía
cósmica del amor, una especie de inocente orgía divina.
La
escuela de misterios del templo de la estrella del delfín (“Dolphin Star Temple
Mystery School”) es supuestamente una escuela esotérica que busca revivir los
sistemas lemurianos, de la Atlántida y de Egipto para acelerar la evolución
humana. Iluminando a 144 mil humanos, estaría logrando un punto crítico de
conciencia crística propiciando una ascención planetaria. Los delfines y
ballenas, con sus frecuencias, estarían activando el AND humano en esta
empresa.
Una de las más fascinantes y disparatadas
versiones de los delfines astrales, es la que sostienen los organizadores del
“Simposio de Delfines y Teletransportación Hawai 2011“, quienes creen que los delfines pueden asistir
a los humanos a teletransportarse a otros planetas, incluso los llaman “dolphin
pods”, puertos de conexión interestelar.


Para
terminar tenemos al maverick de la conciencia John Lilly, quien tomó LSD con
delfines y dice haber logrado entablar una comuniación telepática con estos
fascinantes mamíferos que, por alguna razón, tal vez arquetípica, el ser humano
asocia con las estrellas y el cosmos. Como si los delfines fueran los ángeles
del mar o supieran también nadar por el cielo azul

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