EL ALTAR DE LA PIRÁMIDE DE PIEDRA ( YUCATAN )





Oscuro el mal
apresa el alma y alucina
toda la constelación de planetas
al susurro de una estela perdida.

Fiel a sí misma
desgarrando lo establecido
venció sin miedo al hastío del mundo,
rozó con la lengua el labio de lo desconocido …
aguantó al símil de la envidia
y dibujó un orgasmo
donde se moría un suspiro.

Tzacam flor de cactus
sosteniéndole la mirada a su paso,
peinándote el cabello azabache
con las púas del fracaso de los ignorantes,
pasar del pasante que notifica el frío
reinando en el horizonte del Yucatán.

Mil muertos han de pasar
antes que descifrarte,
ni mujer fatal ni alma sin luz,
callada quietud sin códice,
alabastro de sonrisa y dejando atrás la misa,
sin ser virgen ya hay peregrinos que te adoran.

Boca en boca va compungido
el sol que se perdió entre girasoles,
marchita la luz y puta la soledad …
vives sin forzar a los forzudos
que doblan tus esquinas huecas.

Ya te alzaste por encima de los calderos
tu pelvis jamás guardo dinero,
amores sinceros aunque no tuvieron tiempo
de dormirse entre las agujas de los relojes.
Punzante desafió y en el cadalso de los versos
la sangre se hizo tinta
para pintarte corazones de rubí
en medio de la controversia de las noches.

Se amilanó el gozo de gozar
el demonio de las rosas negras,
el cantar de los cantares
y se hizo versículo nuevo,
en el altar de la pirámide de piedra,
la prosa que habló de ti a la posteridad.

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