UN grupo de arqueólogos descubrió en la provincia iraní de Jorasán del Sur los restos de una antigua ciudad de enanos que recuerda a Liliput. El lugar, hallado en el actual pueblo de Majunik, habría sido habitado por la antigua civilización Aratta y la presencia de enanos reales se remontaría a 6000 años antes de Cristo.
El reducido tamaño de las estructuras encontradas, algunas menores a 90 centímetros de altura, serían una de las supuestas evidencias de la pequeñez de sus moradores. La noticia actual se remonta a otra no menos sorprendente en el 2005, cuando fue encontrada en la provincia vecina de Kermán un pequeño y extraño cuerpo momificado de 25 centímetros, que dataría más o menos de la misma época que la ciudad de Majunik. Las autoridades locales lograron incautar la momia antes de que sus descubridores, unos exploradores ilegales, intentaran venderla por tres millones de dólares en Alemania.
Los estudios forenses no pudieron ayudar a determinar su edad exacta, pero se estima que en el momento de la muerte habría tenido entre 16 y 17 años.
Aunque aún se carece de las pruebas científicas para demostrar la existencia de una ciudad de enanos, lo cierto es que la historia de personas pequeñas está presente en diversas culturas a lo largo del orbe.
La doctora Susan Martínez, autora del libro La historia perdida de la gente pequeña refiere que existen leyendas recurrentes como los dioses enanos de México y Perú, la Menhune de Hawai, el Nunnehi de los Cherokee en Norteamérica, así como los pigmeos africanos y la Semang de Malasia, entre muchos otros. La investigadora relaciona estas herencias culturales con aislados descubrimientos de redes de túneles diminutos, pequeños ataúdes, y cabañas de pigmeos, para lanzar la teoría de que estas personas existieron en la vida real hace miles de años y su herencia forma parte de los seres humanos actuales.
Por más controvertida que pueda ser esta afirmación, lo cierto es que ellos habitannuestro imaginario colectivo desde hace milenios y seguramente se quedarán asentados allí durante mucho tiempo más.
Por otro lado el ‘mini extraterrestre’ hallado hace diez años en Chile tiene ADN humano. Diez años después de que se descubrieran los restos momificados de una criatura de seis pulgadas y apariencia ‘extraterrestre’, los científicos han confirmado que es “humana”, “Puedo decir con absoluta certeza que no es un mono.
Es humano, más cercano a los humanos que a los chimpancés. Vivió hasta una edad de seis a ocho años. Obviamente, respiraba, comía, metabolizaba.
Se pone en duda qué tamaño podría haber tenido cuando nació”, explica Garry Nolan, director de biología de células madre en la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford. “El ADN nos narra su historia y disponemos de las técnicas informáticas que nos permiten determinar, en muy poco tiempo, si, de hecho, esto es humano”, agrega Nolan, que realizó las pruebas de ADN.
Desde que los restos del pequeño humanoide -conocido como Humanoide de Atacama y apodado Ata- fueron descubiertos en el desierto de Atacama en Chile hace 10 años, las especulaciones sobre su origen no lo abandonaron. Algunas hipótesis apuntaban a que sus huesos podían corresponderse con los de un feto abortado, los de un mono, o incluso los de un extraterrestre que habría aterrizado en la Tierra.
Era una criatura provista de dientes duros, su cabeza era abultada y presentaba una protuberancia extraña adicional en la parte superior. Su cuerpo era escamoso, de color oscuro y, a diferencia de los seres humanos, tenía nueve costillas.
Es importante resaltar la monstruosa omisión de todas las academias y dejar constancia de que por algún motivo que ignoramos se ha suprimido de la Historia del hombre de América su milenaria ¿raza pigmea o alienígena?. Se ha omitido de la crónica, y los informes de exploradores y viajeros de los siglos siguientes al descubrimiento de América que denunciaron la existencia de estos seres pequeños.
Aún continúan produciéndose estos informes logrado la desatención de los mismos, aislando hasta su casi extinción a esta especie de ¿sapiens-humanoide? diminutos que aún existen en algunos rincones del planeta. Esperando que la ciencia se digne tener en cuenta estos manuscritos y olvidar de una buena vez los mandatos milenarios que cuestionaron en su momento: “Si el conocimiento de estos seres era bueno y provechoso para el hombre”.
Otro dato interesante sobre la evidencia de humanoides pre humanos o alienígenas es que en octubre de 2004 se diera a conocer al mundo la noticia del descubrimiento de los “Homo floresiensis” la polémica no ha dejado de envolver a estos humanos misteriosos y fascinantes. Según sus descubridores, se trata de humanos diminutos, que vivieron en la isla de Flores (Indonesia) y que pertenecían a una especie distinta a la nuestra, “Homo sapiens”.
Se caracterizan por tenar una estatura muy baja, menos de 110 cm. para los adultos; muy similar, por tanto, a la de los australopitecos y la de los primeros humanos. Su cerebro era de un tamaño muy reducido: poco más de 400 centímetros cúbicos, lo que representa un tercio del nuestro, siendo sólo un poco mayor que el de los chimpancés actuales y similar al de los australopitecos de hace tres millones y medio de años.
Lo sorprendente es que pese a ello, su estilo de vida era socialmente muy complejo: fabricaban herramientas de piedra tecnológicamente sofisticadas, dominaban el fuego y cazaban elefantes enanos, lagartos gigantes y otros animales.
Quienes opinan que los hombres de Flores son, en realidad, humanos de nuestra especie; pero con patologías, argumentan que su cerebro pequeño, se debe a una enfermedad llamada microcefalia, tal como explican Robert D. Martin y sus colaboradores en un artículo publicado en la revista “Science”. Por su parte,Colin Groves insiste, en un artículo aparecido en el “Journal of Human Evolution”, en la idea de que la industria lítica de Liang Bua es demasiado compleja para que la hayan producido humanos que no sean “sapiens”. Finalmente, Teuko Jacob y sus colaboradores sugieren, en otro artículo del “Journal”, que en realidad estamos ante pigmeos “sapiens” que serían los antepasados prehistóricos de los actuales pigmeos que habitan en la zona: los Rampasasa.
El equipo de Dean Falk responde a Martin, en la misma revista, que el análisis del cráneo de la hembra de Liang Bua no presenta ningún tipo de enfermedad, tampoco la microcefalia. Por su parte, Mike Morwood y su equipo, en un artículo aparecido en la revista “Nature”, documentan el descubrimiento de centenares de herramientas de piedra encontradas en Mata Menge, 50 km al oeste de Liang Bua y de una tipología muy similar pero con más de 700.000 años de antigüedad: ¡cuando aún faltaba medio millón de años para que apareciera el “Homo sapiens”!
Finalmente, el equipo que trabaja en Liang Bua ya ha encontrado restos de trece individuos y todos ellos muestran los mismos signos, propios de humanos diminutos pero no enanos, ni enfermos. Además, los restos más antiguos tienen 95.000 años: si fueran antecesores de los “sapiens” significaría que nuestra especie salió de África muchísimo más pronto de lo supuesto hasta ahora, y haría de los restos de Flores, los más antiguos hallados fuera del continente africano, un descubrimiento ya de por sí excepcional.
No obstante hay que preguntarse: ¿cuál es la probabilidad de encontrar trece individuos de una antigüedad comprendida entre los 95.000 años y los 12.000 años y que todos ellos sean pigmeos enanos y micro cefálicos y sin mentón? Prácticamente cero. Por si esto fuera poco, la presencia de humanos modernos como nosotros sólo está documentada en Flores a partir de hace 10.500 años, y entonces ya no se encuentran fósiles que presenten los signos de enanismo y las patologías que quieren atribuir a los “floresienses” de Liang Bua.
De lo que se deduce que es muy probable, que en efecto, sean humanos de una especie distinta a la nuestra. Por otro lado Descubren el cráneo de un pequeño ser prehumano en Indonesia. Unos pequeños seres prehumanos que vivieron en una isla indonesia hasta hace unos 12.000 años tenían cerebros tan sorprendentemente avanzados que podrían ser una especie de homínidos no reconocida con anterioridad.
Las imágenes tomográficas de un cráneo -hallado entre los huesos de ocho individuos en una cueva de la isla indonesia de Flores, sugieren un cerebro que habría permitido conductas avanzadas, como la confección de herramientas, según el equipo internacional de científicos. Los científicos dijeron que otros estudios del cráneo mostraron que se trataba de un adulto normal de su especie, no de un ser enfermo o mutado, como algunos críticos indicaron.
El Homo floresiensis sólo medía un metro de estatura y tenía un cerebro que representaba un tercio del tamaño del cerebro del hombre moderno.
Sus brazos eran largos y es posible que caminara con el torso erecto. “Sabemos por otros datos que estos pequeños humanos, estos humanos de un metro de alto, cazaban elefantes pigmeos, encendían fuegos y fabricaban herramientas de piedra.
Según los teóricos de los antiguos astronautas, evidencias de la existencia de estos diminutos prehumanos o alienígenas existen por todo el planeta, principalmente entre los indígenas.
Ellos afirman que se trata de un experimento genético realizado por una raza extraterrestre llamados los grises, por su aspecto físico característico, cuyo fin es encontrar los genes humanos que requieren para transformar su genoma, con un objetivo que aún no comprendemos, pero que nos están señalando, con el descubrimiento del genoma humano y los continuos hallazgos de diminutos humanoides, alienígenas o híbridos entre ambas razas (grises y humanos)