Que habría podido pasar si el asteroide que supuestamente golpeó la Tierra a finales del período Cretácico (véase límite K/T), hace 65 millones de años, hubierra errado el golpe? Una de las posibilidades es que los dinosaurios no se habrían extinguido, y por consiguiente los mamíferos avanzados no habrían aparecido, por lo que algunos descendientes de los dinosaurios podrían haber evolucionado hasta ocupar el nicho de inteligencia que ahora nos corresponde.
Está claro que algunos dinosarios se estaban haciendo más inteligentes para cuando el asteroide que impactó en Yucatán, creando el Cráter Chicxulub, le lanzó el guante a los mamíferos (por fortuna para nosotros). Uno de los dinosaurios con más cerebro que conocemos al final del Cretácico fue el Troodon (también conocido comoStenonychosaurus inequalis), un dinosaurio carnívoro de 1,2 metros de alto y 70 kilos de peso con, tal vez, la inteligencia de una zarigüeya. ¿Qué habría pasado si el Troodon hubiera sobrevivido y la evolución de su cerebro hubiera continuado? A comienzos de la década de 1980, el paleontóllogo Dale Russell, conservador de la colección de fósiles de vertebrados del Museo Nacional de Canadá en Ottawa, exploró esta posibilidad.
De haber sobrevivido los dinosaurios, discutió Russell, y de haberse hecho más inteligentes especies como el Troodon, finalmente habrían tenido que erguirse para contrarrestar el equilibrio de su pesada cabeza. Se habría dado la aparición de una estructura similar a la de los hombros para permitir que el “dinosauroide” arrojara objetos. Haciendo una proyección sobre la posible evolución de otras características de esta especie, Russell llegó a un modelo de bípedo reptil con un cerebro grande y ojos enormes, manos de tres dedos, ausencia de genitales externos (típico de los reptiles) y ombligo (ya que algunos reptiles modernos presentan placenta, y esto último habría sido necesario para permitir el nacimiento de jóvenes con grandes cavidades craneales).
¿Fue el Troodon el último grito en inteligencia de dinosaurios, o aún quedan fósiles de especies más inteligentes a la espera de ser descubiertas? Visita esta web para conocer un discutido y convincente supuesto de que algunos dinosaurios pudieron llegar a ser realmente listos – hasta un punto similar al de los homínidos. Por supuesto no tenemos evidencias de que esto haya sucedido, pero no se trata de una hipótesis tan escandalosa. Al menos es un punto de vista interesante a la hora de pensar en escenarios evolutivos alternativos. Los dinosaurios caminaron sobre la tierra durante un período muy largo – surgieron hace 225 millones de años y desaparecieron hace 65 millones de años.
Tengamos en cuenta el progreso evolutivo alcanzado desde la aparición de los primeros mamíferos a finales de Cretácico (un período de tiempo hasta nuestros días que no llega ni a la mitad que el transitado por los dinosaurios), que comenzó con unas pequeñas criaturas que se arrastraban alrededor de los árboles, y ha llegado a crear seres que envían sondas a Júpiter. Tengamos en cuenta el rápido avance de la inteligencia humanoide en los últimos 3 millones de años.
Los dinosaurios, ciertamente tuvieron tiempo de sobra para desarrollar grandes cerebros e incluso para crear su propia cultura y civilización. ¿Lo hicieron? Probablemente no, pero no es algo que pueda descartarse por completo. Después de todo, ¿qué pistas quedarían de nuestra civilización y tecnología después de 65 millones de años de erosión y movimiento de tierras?
En el episodio de Star Trek Voyager titulado “Origen Distante”, una raza de dinosaurios sensibles que viajan por el espacio, descubren que su origen podría haberse dado en la Tierra. También en la temática de ciencia ficción, Harry Harrison exploró las consecuencias de una inteligencia sauria en su serie de obras “Al oeste del Edén”.
Traducido de intelligent dinosaurs (La enciclopedia de la ciencia de David Darling).
Nota: La ilustración del post pertenece a la obra Promethean Fire: Reflections on the Origin of Mind (autores: Charles J. Lumsden y Edward O. Wilson). Muestra al Troodon a la izquierda y al dinosauroide de Russell a la derecha).