Presentamos una investigación que demuestra que el almirante Cristóbal Colon no descubrió América. Este hecho encubre la realidad de que américa había sido mapeada desde el aire en el pasado remoto. Cabe preguntarnos ¿quién poseía la tecnología para hacer posible tal mapeado en la antigüedad?
Según se desprende de algunos textos donde se filtra la reveladora información.
Ya en 1875 Fray Bartolomé de las Casas en su libro… Historia de las Indias, Cap. IX, p 80 ss. escribió que Cristóbal Colón en su viaje de descubrimiento, sabía hacia dónde iba, cómo debía navegar, por cuanto tiempo y lo que encontraría, por lo tanto, el riesgo del viaje no era el que supondría viajar hacia la exploración oceánica, en carabelas, naves que para la época eran consideradas frágiles embarcaciones, siguiendo un rumbo inexplorado, desconociendo las corrientes oceánicas y la intensidad de las mismas, con las que se podrían encontrar durante la arriesgada travesía, llevando sólo unos cuantos elementos técnicos, como la brújula, el astrolabio, y algunos otros, de lo que se desprende, que Cristóbal Colón no fue el descubridor, ya que el almirante poseía, unos mapas exactos del océano Atlántico y de las tierras más allá de éste, que permanecían ignoradas por algunos europeos, pero no por otros.
Nuestro Planeta Azul, ya era conocido en su totalidad, desde hace miles de años, y de ello existen referencias en todas las culturas. Platón conocía, ya sea la Atlántida o América, dependiendo de la época a la cual se refería, al decir que el Atlántico era navegable, desde una isla al oeste de Gibraltar (que él llamaba Columnas de Hércules).
Desde esa isla se podía pasar a otras islas, y desde ahí al continente que circunda al verdadero océano ¿se refería a América o a la Atlántida?
Lo que es importante resaltar, es que esta afirmación de Platón nos demuestra que antes de su tiempo, se conocía la existencia de un continente al otro lado del Atlántico.
En el Tíbet existe un antiquísimo libro que describe un mapa (seguramente más antiguo) en el que se sitúan con precisión Jerusalén, Babilonia, el mar Caspio y otros lugares.
En la India también conocían América, desde hace milenios, en el Vishnu Purana, libro sagrado de la India, se describe un continente en forma de arco, dividido en dos, abajo del mar de leche, es decir: el Continente americano, está dividido en dos por el istmo de Panamá, que hace un arco entre el Golfo de México y Centroamérica, y que está ubicado bajo los hielos (blancos) del Océano Ártico. En la china se habla de Zheng He (1371 – 1435) gran explorador y marino, quien dirigió la mayoría de las expediciones, llevadas a cabo bajo el mandato del emperador Yongle, perteneciente a la antiquísima Dinastía Ming.
Para esa época el experimentado marino Zheng He, ya contaba con una de las primeras brújulas construidas en el mundo, lo que le permitió hacer algunas de las primeras cartas náuticas, y explorar el Sureste asiático (Cochinchina, Malaca, Siam, Java, Calcuta, Sri Lanka) el Golfo Pérsico, África Oriental y Egipto.
Los teóricos de los antiguos astronautas, creen que Zheng He, también llegó a América, antes que Cristóbal Colón. Debido a que Zheng He, contaba con un enorme barco dotado, con todos los artilugios náuticos conocidos en china para la época, esta nave fue probablemente, el mayor buque de su época. Tenía nueve mástiles y doce velas, y estaba tripulado por unos 200 marinos experimentados.
En el siglo V a JC., según Heródoto, Aristágoras de Mileto tenía en su poder, una tablilla en la cual estaban grabados tanto mares como tierras. Bartolomé de las Casas (Op cit) menciona que Cartagineses, fenicios y otros pueblos, ya conocían América, mucho antes de que Cristóbal Colón llegara a sus costas. Nasir_al-Din_al-Tusi sabio y cartógrafo persa del siglo XIII, describió correctamente las costas de América del Sur, 250 años antes de que los europeos llegaran al continente.
Según sostienen los teóricos de los antiguos astronautas, en Estambul, Turquía, específicamente en la biblioteca del palacio de Topkapi, perteneciente a la antigua Constantinopla, se encontraron en el siglo XVIII, varios fragmentos en cuero de gacela de 85 x 60 cm, con algunos mapas dibujados y fechados en 1513 y 1528, confeccionados por Pirí-Reis, un navegante y pirata turco del siglo XVI.
Estos mapas aparentemente distorsionados, citaban y describían lugares concretos, pero como en esa época era imposible interpretarlos, quedaron sólo como reliquia, hasta que en 1929, la biblioteca fue transformada en Museo, y al volver a salir los mapas a la luz, causaron tanta curiosidad que algunos estudiosos empezaron a investigarlos. Los fragmentos de los mapas permanecen en Turquía, Salvo dos, que se encuentran en la Biblioteca Nacional de Berlín. En algunos fragmentos de los mapas, aparecen la cuenca del Mediterráneo y el Mar Muerto.
En otros, se sitúa a América del Sur y África en sus longitudes relativas correctas, antes de que América del Sur, supuestamente hubiera sido “descubierta” por los españoles y portugueses. Según algunos investigadores Pirí-reis se basó en mapas más antiguos.
Estos mapas se designaban con el nombre de Kitab-ı Bahriye (colección) y que se componían de 210 mapas parciales; su título era “Libro de los Mares”. Piri-Reis asimismo anotó, que en la preparación de sus mapas, también había utilizado 20 viejos planos y 8 mapamundis, realizados en los tiempos de Alejandro Magno y que en ellos aparecía la totalidad del mundo habitado.
Según afirman algunos teóricos de los antiguos astronautas basados en investigaciones de Zecharia Sitchin y más recientemente en las de Anton Parks, el mapeado fue realizado por los dioses Annunaki, porque la época en la que fueron hechas estas anotaciones nos trasladan al siglo IV antes de Cristo y más atrás en el tiempo, porque pueden haber sido copias de mapas más antiguos, otorgadas a el conquistador Alejandro, en cuyos tiempos, según esos mapas, ya se conocían desde el aire, los mares y los continentes que ahí aparecen.
El mapa de Piri-Reis fechado en 1513 detalla a Bretaña, España, África occidental, el Atlántico, parte de Norte América, Sudamérica y la costa de la Antártida (sin hielos) hasta un área al sur de África; está incompleto, pero es posible que incluyera, a Europa, Asia y Australia. El fechado en 1528, comprende Groenlandia, Labrador, Terranova, parte de Canadá y la costa este de Norteamérica, hasta Florida.
En los márgenes de los mapas, hay anotaciones hechas por el propio Piri-Reis, de que para la elaboración de sus cartas de navegación (los mencionados mapas), usó ocho mappae mundi,(mapa mundi) “en los cuales aparecía la totalidad del mundo habitado“, además de una compilación, de más de veinte mappae mundi, que ya existían con anterioridad, procedentes de Arabia, Cartago, Fenicia, España, Portugal, China, India y Grecia.
Y hasta el mapa que guió a Colón en su primer viaje a América y que Piri-Reis le robó a un marinero, en una de sus incursiones como pirata, ya que el mismo Piri Reis contó, que durante una batalla contra los españoles, en 1501, él y su tío Kemal, capturaron a un marinero, que había navegado, en tres de las expediciones colombinas, y que además, poseía unos extraños planos, según el marinero, fueron utilizados por Colón en sus viajes.
Según ese mismo marinero, el origen de estos mapas se remontaba a Grecia, pues: “Cierto libro, del tiempo de Alejandro Magno (356-323 A.C.) fue llevado a Europa, y después de leerlo,Cristóbal Colón, con los barcos proporcionados por los reyes católicos,descubrió las Antillas“. Esto tiene visos de verdad, ya que se puede ver que la parte del mapa correspondiente al Atlántico, se originó de los mapas de Colón, por los errores que contiene (como que Colón creía que Cuba era una península).
Según estos mapas, los españoles ya conocían las costas de México desde 1510; pero sólo conocían parte de las costas de Yucatán, a donde llegaron en 1511, pero no se internaron en el Golfo de México, hasta el viaje de Juan de Grijalva a Yucatán en 1518, así que Piri Reis no usó los descubrimientos de los españoles y portugueses para hacer sus mapas. Según sostienen los teóricos de los antiguos astronautas, los textos indican que la orden del temple y los mapas que usó colón tenían una estrecha relación.
El oro y la plata ya no abundaban en Europa. Por tanto había muy pocas minas explotándose para la época, en Asia, África y Europa dado que desde la época de los romanos no habían existido nuevas explotaciones, sin embargo, desde los inicios de la orden de los Templario, se tornaron bastante corrientes y hubo una enorme proliferación de estos metales durante la alta Edad Media. Luego del exterminio de los templarios, resultó que la producción de las minas existentes en los territorios oficialmente conocidos en el siglo XIV, se tornó claramente insuficiente.
¿De donde provenían entonces las reservas de los templarios? Algunos investigadores creen que los mapas que guiaron a Cristóbal Colón en sus viajes a América pertenecieron a los caballeros Templarios, basándose en que la Orden del Temple, debido a las riquezas que poseía, creó la banca moderna y la letra de cambio. Y no solo aceptaban moneda, sino también cualquier objeto de valor, prestando a cambio dinero contante y sonante además, en el siglo XII financiaron en Francia la construcción de más de setenta iglesias y ochenta catedrales, de ahí surge la pregunta ¿de dónde provenía ese dinero?
Debido a que la orden del Temple poseía una flota de buques propia y contaba con puertos hacia el Mediterráneo y hacia el Atlántico, hay autores que suponen que los Templarios iban y venían de América con barcos cargados de oro y plata, que concentraban en la ciudad francesa de Sours. Desde luego también nos preguntamos ¿cómo, dónde y de quién los templarios obtuvieron esos mapas con las indicaciones correctas para atravesar el Atlántico? Después de la disolución de la Orden del Temple, los templarios españoles que sobrevivieron ingresaron en la Orden de Calatrava y Cristóbal Colón se alojó en el convento de dicha orden, ahí halló los mapas que lo impulsaron a viajar a las Indias Occidentales.
En Portugal se creó la Orden de Cristo para los templarios supervivientes y ésta usaba la cruz templaría. Cuando losportugueses de Enrique el Navegante, se lanzaron al descubrimiento de los océanos, parecían saber exactamente a donde iban y sus velas debían llevar la cruz roja de la Orden del Temple, Cruz, que también se hallaba en las tres carabelas (o dos carabelas y una nao) de Colón, La Niña, la Pinta y la Santa María, ¿a quién iba dirigida esta señal en los océanos?, recordemos que en la bitácora de colon poco antes de llegar a san salvador, reza que durante la madrugada habían visto bolas de fuego que entraban y salían del mar y que volaban alrededor de las 3 calaveras. La investigación nos conduce inevitablemente a preguntarnos si ¿antiguas civilizaciones con alta tecnología intervinieron en el mapeado de américa e incluso en el mapeado mundial en tiempos remotos? Todas estas hipótesis, no explican, cuál fue el origen de los mapas más antiguos, en los que se basó Piri Reis, para hacerlos suyos, ni con qué mapas pudieron llegar los templarios a América. Además de la mención de la Antártida sin hielos y otros datos. Piri Reis ubicó en su longitud y latitud correctas a Sudamérica y África.
Eso no es nada fácil, tomando en cuenta que hasta el siglo XVIII, no se poseían cronómetros u otras herramientas que ofrecieran márgenes de error de pocos segundos, los navegantes no pudieron calcular entonces, con precisión las longitudes de manera tan precisa, como están en el mapa de Piri Reis.
Todas estas evidencias históricas nos conducen a pensar en la posibilidad de que hace miles de años (cuando la Antártida no estaba cubierta de hielo) existieron varias civilizaciones con grandes conocimientos tecnológicos, de las cuales sólo se nos han dicho mentiras construidas con base en las conspiraciones forjadas por los dueños del mundo de los imperios de todos los tiempos, ya que en el pasado remoto, estas evidencias no tenían explicación, pero que en la actualidad con la tecnología que disponemos, podemos comparar… y abrir nuestra mente a la posibilidad de que, antes que nuestra civilización, existieron civilizaciones muy avanzadas tecnológicamente hablando, ya sea terrestres, o extraterrestres como las que mencionan Erik Von Däniken y los teóricos de los antiguos astronautas, quienes sostienen, basados en pruebas paleontológicas, arqueológicas y diversos textos antiguos, que especies alienígenas visitaron la Tierra en el pasado remoto, o para ser más precisos, los dioses Annunaki que señala Zecharia Sitchin en sus libros “Crónicas de la Tierra” en los cuales reseña la estancia de estos alienígenas ancestrales en la tierra, en el oriente medio, así como también en América, hecho que también reseñan todas las culturas de la tierra, separadas por cientos y miles de años a través del tiempo y por cientos y miles de kilómetros de distancia a través de la basta geografía del planeta.
Cualquiera de estas civilizaciones antiguas, terrestres o extraterrestres, pudo haber tomado fotografías aéreas, en las cuales se basaron las venideras civilizaciones terrestres, para realizar esos mapas antiquísimos, que sirvieron a Piri Reis, para hacer los suyos. Sin duda los mapas de Piri Reis entran en la clasificación oficial de OOPART: denominación para un objeto de interés histórico, arqueológico o paleontológico que se encuentra en un contexto muy inusual o aparentemente imposible, que podría desafiar la cronología de la historia convencional. Lo que pondría en peligro el poder hegemónico mundial, poniendo en evidencia la revelación del secreto mayor guardado por la historia oficial.