El cielo ha cambiado sus atuendos en la tarde,
y ahora bailan rayos en un ritmo perverso,
iluminando cortos lapsos un libro que arde,
del que solo consigo leer el primer verso.
Con luminosos relámpagos consigo leer más,
pero no logro descifrar todas sus líneas,
pues siento la presencia de una bestia allí atrás,
y las estrofas del libro se vuelven sanguíneas.
En la tormenta yo escucho los ecos del rezar,
en una extraña lengua, símbolos y cruces,
y leo sobre un horrible ser que vive en la mar,
en párrafos alumbrados por fugaces luces.
Los relámpagos nocturnos abren más el mensaje,
y entre sus sentencias comienzo a avanzar,
mientras los ecos, como un oscuro homenaje,
parecieran “Cthulhu” vez tras vez nombrar.
¿Es acaso “Cthulhu” lo que yo escucho nombrar?
Y siento en esta constancia relampagueante,
surgir un abismo, en el que yo voy en caída,
hundido en los versos de un libro espeluznante,
que tiene entrada pero no tiene salida.
Laberinto de palabras, un epitafio perdido,
he interpretado su maldecido mensaje:
“Estas letras son las últimas que habrás leído,
te espera el infierno, y este es tu pasaje”.

y ahora bailan rayos en un ritmo perverso,
iluminando cortos lapsos un libro que arde,
del que solo consigo leer el primer verso.
Con luminosos relámpagos consigo leer más,
pero no logro descifrar todas sus líneas,
pues siento la presencia de una bestia allí atrás,
y las estrofas del libro se vuelven sanguíneas.
En la tormenta yo escucho los ecos del rezar,
en una extraña lengua, símbolos y cruces,
y leo sobre un horrible ser que vive en la mar,
en párrafos alumbrados por fugaces luces.
Los relámpagos nocturnos abren más el mensaje,
y entre sus sentencias comienzo a avanzar,
mientras los ecos, como un oscuro homenaje,
parecieran “Cthulhu” vez tras vez nombrar.
¿Es acaso “Cthulhu” lo que yo escucho nombrar?
Y siento en esta constancia relampagueante,
surgir un abismo, en el que yo voy en caída,
hundido en los versos de un libro espeluznante,
que tiene entrada pero no tiene salida.
Laberinto de palabras, un epitafio perdido,
he interpretado su maldecido mensaje:
“Estas letras son las últimas que habrás leído,
te espera el infierno, y este es tu pasaje”.