EL "FEMINISMO SATÁNICO. SATÁN COMO LIBERADOR DE LA MUJER EN LA CULTURA DEL SIGLO XIX"

Tú no deseas que salga desde dentro
porque tiene que romper la piel para ello
La piel lo mantiene cautivo
pero te está quemando por dentro.

Simplemente déjalo salir pero no
dejes que rompa tu piel, ¡rómpela tu!
No importan los pequeños sacrificios
tan sólo importa el precio propio.

Morir matando o salvar sin ser salvado
esas son las terribles opciones para llegar
a la luz que siempre estuvo tapada porque
no te atreviste a mirar hacia arriba.

¡Sólo lo hiciste hacia atrás!



La ideología de género va extendiéndose sin que parezca que nadie le haga una eficaz resistencia, sirviéndose de todos los resortes políticos, sociales, educativos, culturales se implanta por doquier. Y lo hace con la insolencia típica de las ideologías totalitarias. Sin embargo, por mucho que hagan por imponerla, sin apenas obstáculos, no lograrán silenciar la voz de muchos intelectuales honestos que -conscientes de la íntrínseca malignidad de esta ideología- se le oponen con la autoridad que otorga el conocimiento. Una de las voces más autorizadas de Europa es nuestro amigo italiano, Massimo Introvigne (Roma, 14 de junio de 1955). Sociólogo, fundador y director del Centro de Estudios sobre Nuevas Religiones (Center for Studies on New Religions: CESNUR), uno de los observatorios sociales más aptos para interpretar lo que se llaman "movimientos de nueva religiosidad" (por un nombre más siniestro, lo que conocemos como "sectas"), es también autor de la "Enciclopedia delle religioni in Italia", así como miembro de muchas instituciones que son referentes europeos y mundiales para el análisis y resolución de conflictos religiosos. Introvigne ha sido también ponente ante la OSCE (Organization for Security and Co-operation in Europe) del informe "Representative on combating racism, xenophobia and discrimination, with a special focus on discrimination against Christians and members of other religions" y el mismo gobierno italiano ha contado con sus inestimables servicios para orientar la dirección de algunos conflictos religiosos a escala mundial. Estamos hablando, pues, de una autoridad intelectual europea, especialista en sociología de las religiones, que rinde un gran servicio a la convivencia social, denunciando el racismo, la xenofobia y la discriminación religiosa. Y por eso será que en España es tan poco conocido y hemos de presentarlo, dado que en España los "intelectuales oficiales" están ocupados en otras cosas, las que les ordenan los poderes a los que sirven dócilmente. 
 
Ayer mismo, "La Nuova Bussola Quotidiana" publicaba un artículo de Introvigne que consideramos imprescindible para comprender la raíz de la "ideología de género", su título: "Gender, le origini sataniste di un'ideologia". Por la importancia de la información que ofrece en este artículo escrito originalmente en italiano, nos ha parecido interesante para nuestros lectores ofrecer una síntesis del mismo en castellano. Se trata de la recensión de un libro recientemente publicado, como vamos a explicar más abajo, mientras hacemos una síntesis del artículo de Introvigne. Pero también añadiremos algo que nos ha parecido que puede enriquecer en datos al lector más inquieto.
 
Afirma Introvigne que muchos de los artífices del feminismo, del homosexualismo y de la ideología de género (también del socialismo) han reclamado a Satanás como el padre de sus ideas, como se desprende de la reciente tesis doctoral (de unas setecientas páginas) de un investigador sueco, Per Faxneld. Esta tesis ha sido publicada como libro bajo el título de "Satanic Feminism.  Lucifer as the liberator of woman in nineteenth-century culture" (Molin & Sorgenfrei, Estocolmo, 2014).
 
Faxneld pasa por ser uno de los indiscutibles especialistas internacionales en satanismo. Faxneld se declara moderadamente feminista y muestra simpatía por algunos de los personajes que presenta en el fruto de su investigación. Desde una perspectiva histórica, Faxneld demuestra que socialistas, comunistas y anarquistas (en sus textos) tomaron a Satanás como agente y motor de la rebelión contra el orden tradicional, la religión y la propiedad privada. Mijail Bakunin, Pierre-Joseph Proudhon y otros menos conocidos son citados en la tesis doctoral del investigador sueco. A esto habría que añadir al texto de Introvigne que lo mismo que Satanás o Lucifer, la mítica figura de Prometeo también ha sido recurrentemente invocada por algunos ideólogos revolucionarios, como Roger Garaudy y también queremos añadir que Proudhon (del que pueden, ciertamente, leerse pasajes en los que resalta el papel del rebelde primordial) es a su vez un autor que no escatima alabanzas para muchos aspectos sociales que reconocía como avances debidos al cristianismo; vaya esto por delante.

Después de estos tanteos -prosigue Introvigne- Faxneld llega al tema central de la obra: el "feminismo satanista" y el nacimiento de la ideología de género. La literatura romántica decimonónica proclamó que Satanás, en el Jardín del Edén, propuso a Eva la posibilidad de liberarse del control patriarcalista de Dios y de Adán. por lo que algunas de las tempranas feministas empezaron a encontrar en Satanás una figura liberadora. Satanás instruye, según esta interpretación, en la doctrina por la cual los seres humanos pueden elegir libérrimamente su identidad de "género" y es Satanás el que imprime su sello en lo que hoy llaman "opción homosexual". Las brujas medievales, según este enfoque, son presentadas como mujeres libres, a menudo capaces de reinventar su identidad sexual como hombres y afirmar su lesbianismo. Jules Michelet (1789-1874) haría una contribución a este enfoque con su libro "La Sorcière" (La bruja) del año 1862; el tema emerge también en la poesía sáfica de la francesa Renée Vivien (1877-1909) que era el pseudónimo de Pauline Mary Tarn; también hallamos el tema en la novelista estadounidense, a su vez lesbiana, Mary MacLane (1881-1929); y con Sylvia Townsend Warner (1893-1978) el mismo enfoque aparece en Inglaterra. Estas escritoras, hoy prácticamente olvidadas, pero de una enorme influencia en su época, son los nexos que se establecen entre la adoración a Satanás y la ideología de género. Introvigne está haciendo una recensión del libro de Faxneld y lo considera una enciclopedia en la que hay material abundante a partir del cual puede desarrollarse por muchos otros cauces (como son la moda, lo lúdico y la cultura popular) el tema en cuestión. El feminismo, la ideología de género y la promoción de la homosexualidad -tanto la que afecta a mujeres como a hombres- han brotado de un terreno en que el culto al diablo era algo generalmente admitido. Lucifer, el ángel rebelde y proto-revolucionario, aparece así a una nueva luz: como un heroico rebelde que se enfrenta al orden establecido por Dios. Los revolucionarios del siglo XIX encontraron en Satanás el símbolo de su rebelión, aunque muchos de ellos no creyeran efectivamente que Satanás existiera. Pero, sin embargo, a fuerza de invocarlo tanto, no pocos terminaron creyendo en él y poniéndose conscientemente a su servicio.
 
Lo que parece fuera de toda duda, tras la lectura del libro de Faxneld, es que las ideologías revolucionarias que irrumpieron durante el siglo XIX (saturadas de romanticismo), tales como el feminismo y el homosexualismo, cultivaron con frenética dedicación un satanismo simbólico y más que simbólico. Por nuestra parte (recuérdese que estamos haciendo una síntesis de un artículo de Massimo Introvigne) no queremos terminar sin citar algunos casos que no son mencionados por Massimo Introvigne y que podrían añadirse a la nómina de los que el prestigioso intelectual italiano ha traído a colación (suponemos que Faxneld, el autor del libro que Introvigne comenta; y que todavía no hemos leído) no habrá dejado en el tintero a los que ahora vamos a referir abajo.
 
Nietzsche, por ejemplo, ha sido considerado como homoerótico por Rüdiger Safranski. Y no podemos olvidar al escocés John Henry Mackay (1864-1933) que pasa por ser uno de los pioneros del movimiento homosexual. Mackay sería uno de los divulgadores más destacados del pensamiento anarcoindividualista del alemán Max Stirner; también contribuiría mucho a difundir a Nietzsche en el ámbito anglosajón. Tampoco sería ajeno a la filosofía de Stirner el alemán Adolf Brand (1874-1945), otro de los activistas del movimiento homosexual que lanzó la revista "Der Eigene", considerada la primera de las publicaciones dirigidas a homosexuales. Los colaboradores de Brand, como Benedict Friedlaender (1866-1908) o Elisar von Kupffer (1872-1942) ni que decir tiene que compartían la misma tendencia homosexualista. El sexólogo judeo-alemán Magnus Hirschfeld (1868-1935) estaría en contacto con este grupo que se movía alrededor de Brand; y no es un dato ocioso decir que Hirschfeld fue, recordémoslo, uno de los sistematizadores más tempranos de la teoría del "tercer sexo", aunque la expresión sea anterior y en su teorización hubiera que citar también a Karl Heinrich Ulrichs (1825-1895): la teoría del "tercer sexo" que se lanza en el siglo XIX anticipa lo que más tarde, en nuestros días, será la "ideología de género". Y cerremos por hoy la lista de homosexuales (varones o mujeres) que son invocados como los primeros activistas del homosexualismo militante. No podemos asegurar que todos ellos profesaran el satanismo, para ello tendríamos que leer el libro que nos recomienda Massimo Introvigne: "Satanic Feminism", de Per Faxneld. Simplemente, llamamos la atención sobre un asunto que es muy probable que el lector no encuentre en otros medios de comunicación de masas. Y que de no ser por nosotros, pasaría desapercibido para el público hispanohablante.

Entradas que pueden interesarte

Sin comentarios