Arabia Saudita está construyendo un muro de casi 1.000 kilómetros a lo largo de su frontera con Irak para aislarse de Irak y protegerse de la fuerte presencia que tiene allí el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés).
El proyecto viene siendo discutido desde 2006, punto más alto de la guerra civil iraquí, pero los trabajos para la construcción del aparato de seguridad, que contará con cinco capas de vallas, torres de vigilancia y de visión nocturna y cámaras de radar, comenzaron en septiembre del año pasado, aunque recién se conocieron el jueves.
El gobierno de Riad siente la amenaza del ISIS, cuyos ojos se posaron como un objetivo clave en “la captura final de Arabia Saudita, el hogar de las dos mezquitas sagradas de La Meca y Medina”.
Gran parte del territorio iraquí está actualmente controlado por el grupo terrorista, cuyo objetivo es formar un “califato islámico”.
Según reveló el diario británico The Telegraph, la “Gran Muralla”, que tendrá 965 kilómetros de largo, incluirá un muro y una zanja para separar a Arabia Saudita de su vecino del norte.
El Reino de Arabia Saudita ya ha construido grandes paredes a lo largo de gran parte de su frontera de 1.600 km con Yemen.
Así, parece que cuando un grupo de asalto del Estado Islámico atacó un puesto fronterizo en Arabia la semana pasada, no era un simple golpe en un puesto desértico.
Antes bien, los yihadistas estaban lanzando un asalto en un nuevo esfuerzo de Arabia Saudita por aislarse del caos que envuelve a sus vecinos.