El 12 de enero pasado un grupo de piratas informáticos simpatizantes con el Estado Islámico 'hackeaba' la cuenta oficial de Twitter del Mando Central del Ejército de Estados Unidos y filtraba un documento de 52 páginas con direcciones, correos electrónicos y otra información privada de generales estadounidenses retirados. Bloomberg concluye que las filtraciones son una nueva arma psicológica de los terroristas contra el Ejército estadounidense.
Esta semana funcionarios del Pentágono han comenzado a llamar a los generales retirados para hacerles saber que sus direcciones, correos electrónicos privados y otra información personal habían aparecido en un documento que fue difundido a nivel mundial por un grupo que afirma apoyar al Estado Islámico.
Las llamadas telefónicas se iniciaron después de que las cuentas del Mando Central del Ejército de EE.UU. en Twitter y YouTube fueran 'hackeadas'.
El Pentágono, que califica el ataque de "vandalismo cibernético", subraya que los activistas no tuvieron acceso a ninguna información militar secreta.
La publicación de los datos personales de los militares retirados es parte de una estrategia terrorista que tiene como finalidad aterrorizar a los profesionales del Ejército, escribeBloomberg.
El presidente del Comité de Servicios Armados del Senado, John McCain, reveló que fue informado por el Pentágono que el Ejército estadounidense estaba haciendo esfuerzos para monitorear la red en busca de las filtraciones de Twitter, porque potenciales terroristas que no participaron en la operación de 'hackeo' ahora tienen acceso a información sensible.
Bruce Hoffman, director de estudios de seguridad en la Escuela de Servicio Exterior de la Universidad de Georgetown, aseguró que la filtración de información privada refleja el uso de "un arma de guerra psicológica". Hoffman advirtió de que los terroristas "son bastante inteligentes" y conocen perfectamente el impacto que pueden tener estas técnicas psicológicas.