La magna manifestación de los farsantes “contra” el terrorismo en París es reveladora en varios sentidos, por ejemplo en estos:
Estuvo presidida por los “líderes mundiales”. Lógicamente, estos señores tendrían que ocuparse de resolver el problema, no de manifestarse contra él. La cosa es realmente idiota, como aquellas manifestaciones de políticos españoles “contra ETA”. ¡Imaginemos a los jefes del gobierno y de la oposición manifestándose contra el paro! ¡A Merkel, Hollande y los demás manifestándose contra la crisis! La farsa no puede resultar más grotesca.
Entre los “líderes mundiales” Rajoy parloteó sobre su compromiso contra el terrorismo. El contenido de su “compromiso” lo conocemos: complicidad y recompensa a los asesinatos etarras con legalidad, dinero público, etc. Como dicen jactanciosos los proetarras: “los nuestros en las instituciones, los vuestros en el hoyo”. Como son muy maleducados, siempre olvidan dar las gracias a los “enemigos del terrorismo” Rajoy y Zapatero.
No solo son farsantes los políticos del PP, empezando por su jefe. Varios gobiernos de la UE apoyaron la “primavera árabe” que en Libia ha creado un caos terrorista y en Egipto un golpe militar, y dado alas a los crímenes más brutales en Siria e Irak. En todo ello, y en la guerra civil de aquellos países, con sus miles y miles de asesinados, desplazados etc., tienen esos líderes responsabilidad compartida, pero se hacen los desentendidos. También han sido muy benévolos, ellos y la mayoría de los medios de masas que dicen defender la libertad, con el terrorismo palestino, al que buscan todo tipo de justificaciones.
El asesinato de los periodistas franceses, con ser un crimen horrendo, no lo es más, sino menos, que los bárbaros asesinatos de hombres, mujeres y niños cristianos en Siria, Irak, Nigeria y otros lugares. Sin embargo nesos líderes mundial no solo no han convocado manifestaciones semejantes, sino que simplemente los han olvidado, es decir, despreciado. La farsa, una vez más, en su grado máximo de vileza e hipocresía.
El “olvido” de los crímenes islamistas contra los cristianos tienen una profunda razón de ser. La llamada Unión Europea sigue una deliberada política de erradicar el cristianismo y, en definitiva, cualquier religión, para sustituirla por la chocarrera demagogia practicada por Charlie. Esa es su alternativa real, bien explícita en el lema "todos somos Charlie". Esa es la alternativa "europea". Pero su enemigo principal es el catolicismo, y el islam viene siendo utilizado como un ariete contra él, considerándolo poco peligroso por ser minoritario. Todo ello so capa de “tolerancia”. ¿Era tolerante Charlie? ¿Lo son esos gobiernos? Y parece que la tolerancia con los islámicos se está volviendo harto peligrosa. En Francia se han creado barriadas enteras donde no rige la ley francesa, sino otras leyes, y el terrorismo es una de sus expresiones.
¿Existe un peligro islámico en Europa? Los farsantes “líderes mundiales antiterroristas” afirman que no, que los musulmanes son tan buenas personas como cualesquiera otras, y que quienes asesinan son solo algunos individuos aislados. Tomados uno a uno, sin duda es cierto: los musulmanes tienen virtudes y defectos similares a los de los demás humanos, como por otra parte ocurre con los comunistas, los nazis o cualesquiera otros.
Pero esa perogrullada no viene aquí al caso. La cuestión es que el islam es una religión muy distinta, incluso contraria, a las concepciones, tradiciones y costumbres que han dado forma a Europa. Los musulmanes se sienten cada vez más fuertes, porque son muchos en el mundo y cada vez más en una Europa con la que en su mayoría no se identifican ni quieren identificarse. Ese es el peligro que con sus frívola e hipócritas comedias están cultivando esos líderes europeos