ALMA REPTILIANA



"Vuestro mundo es nuestro. Nuestras raíces están en él. Pertenece al ser humano, hoy día, porque es merecedor de alguna oportunidad, para levantar cabeza. Hace muchos miles de años, aún eran parientes del simio. Y se incorporaro n, y avanzaron muy aprisa. Poco tiempo después, los encontramos, mezclados entre civilización y barbarie, ya que andan indefensos en lo concernient e a la mente, y a su escudo natural. Con ustedes, otros investigado res, de otro mundo lejano, hicieron experimento s. De manera que forzaron su adelantamie nto fugaz, mediante la corrección de fragmentos de ADN simiesco. 

Pero ustedes, naturales del centro del África, no saben protegerse, por ejemplo, de la hipnosis, o de la lectura de pensamiento s, a distancia. Sus mentes están como unidas, y son todos un proyecto de otros, que a su vez, ya no les acompañan más. Quizá, iban a ser los Pitufos de esa gente, o una creación para servirles.

Hoy en día, hay muchas otras razas que están dispuestas a intentar cebarse con su debilidad. Pero no atacan, porque otras razas se lo impiden. Nosotros mismos, los Lacerta, descendient es de aquellos velocirrapt ores, estamos a su favor, ya que les tenemos cariño. Son los seres humanos, actualmente, como eran de simios, pero se dan cuenta y advierten, muchas más posibilidad es. Por suerte, aún no ha comenzado la revelación de las muchas vidas que existen, en nuestra Galaxia.

La mente es un instrumento, como la mano, o la voz, que sirve para asir objetos, que pueden ser palpables o no. Por ejemplo, ¿Qué hay dentro de otra cabeza? No hace falta preguntar. Directament e, inserto mi brazo mental y saco todo lo que le preocupa a esa otra mente.

Puedo hacer que me tema, o no. Puedo hacer que crea que soy de su tipo. Otro humano.

Ustedes tienen un interruptor, dentro del cerebro, que puede ser encendido o apagado, con la suficiente habilidad, desde afuera. Y, entonces, ustedes pueden ver lo que, desde el exterior, nosotros les sugerimos. Por ejemplo:

"Véame como a uno de su tipo." Y, de manera exponencial, todos los que estén ahí, me verán como a una mujer humana. Es distinto con las cámaras de fotografía, que a ésas, no se les puede engañar. Nosotros, somos de color verde claro. Parimos por huevos. Y ya, desde que están los cachorros dentro de su madre, se comunican, mentalmente, con ella.

Podemos ver claramente, en la obscuridad. Y nuestras naves espaciales tienen forma de cigarrillo.



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