A finales del año pasado, el FBI estrenó su base de datos biométrica de mil millones de dólares, denominada Next Generation Identificación.
Desde el lanzamiento oficial del IGN, se ha alentado a las fuerzas del orden estatales y locales a enviar fotos, huellas digitales, escaneos de retina, fotos de tatuajes y cicatrices, y muestras de ADN recogido de personas en todo el país a la base de datos central del FBI.
Para facilitar el proceso de recopilación masiva de muestras de ADN, el congreso de EEUU ha asignado un presupuesto de 117 millones de dólares para la compra de máquinas de procesamiento de ADN rápidas.
Un juez de Maryland ha advertido del significado de lo que está sucediendo: “No nos equivoquemos al respecto: a partir de ahora, nuestro ADN podrá ser recopilado y entrará en una base de datos nacional, si alguna vez somos detenidos, con razón o sin ella y por cualquier razón”