El final podría haber sido otro, y esto es real. La turista y cooperadora humanitaria de Estados Unidos,Kayla Mueller, podría estar con vida hoy si tan sólo hubiera mentido sobre un aspecto clave para los fundamentalistas del Estado Islámico.
Su novio, el sirio Omar Alkhani, intentó hasta el último momento liberarla y estuvo cerca de lograrlo, pero su novia nunca supo que había intentos por liberarla y por decir la verdad, terminó por perder la vida.
Ambos se habían conocido varios años antes en El Cairo, cuando Omar y la joven de 26 años se conocieron viajando por turismo.
En el año 2013 ambos estaban en Alepo, una zona muy peligrosa en poder del EI, y pese a los reproches de Omar para que Kayla no lo acompañe debido al peligro que ocasionada la presencia de ella, de origen estadounidense, la mujer decidió acompañarlo.
Así fue que cuando viajaban en taxi hacia la estación de autobuses fueron secuestrados por el grupo. A él lo liberaron por ser sirio pero Kayla no tuvo la misma suerte y quedó prisionera. Él nunca se rindió, abandonó Turquía donde estaba seguro, y volvió a Siria para rescatar a Mueller.
Su plan era presentarse ante el Estado Islámico y asegurar que Kayla era su esposa y como tal, sería liberada. Lo hizo, pero ella -nunca enterada de estos intentos- nunca lo confirmó, aseguró que eran novios y quedó prisionera.
Omar volvió a quedar en libertad. Y decía: "Siendo americana no la iban a dejar irse de todos modos. No tenía sentido que nos quedásemos los dos. Quizás ella simplemente quiso salvarme o quizás ella no sabía que yo había vuelto para salvarla".
El joven sirio mantuvo la esperanza durante más de un año y medio pensando que el Estados Islámico liberaría a su novia cuando comprobara que sólo se dedicaba a ayudar en la zona de guerra, pero no fue así.
Con tan sólo confirmar que eran esposos podría haber quedado libre. Pero no, Kayra murió en manos del EI.
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