CREO QUE ME ESTOY PARECIENDO A ELISABETH BATHORY (OBSESIÓN)

LAS ARRUGAS

Mira nada más mi cara, mis brazos y lo demás. Me estoy llenando de arrugas. Qué espanto.
No se te ven, son muy pequeñas. Ya deja de preocuparte por eso. Yo tengo más que tú y no lo estoy gritando.
Ya me puse no sé cuantas cremas y nada, en lugar de desaparecer aparecen nuevas. Voy a estar igual a Marcela que tiene arrugas hasta en las mismas arrugas.
No seas mala. Marcela tiene muchos más años que tú.
¡No quiero tener arrugas! ¡No quiero verme más vieja de lo que ya soy!
¿Vieja a los cuarenta y seis años?
¡Cuarenta y uno!
Más razón, nadie es viejo a esa edad. En esta época, cuando te aparezcan más o se hagan más ostensibles las que ya tienes, existe la cirugía plástica. Te estiran la piel y san se acabó.
Sabes que le tengo pavor a la cirugía y a la anestesia.
Insisto en que no se te notan.
Yo me las veo todas la mañana en el espejo. ¡Son horribles!
Ya estás como la condesa Erzébet Bathory, también conocida como Elizabeth Bathory.
¿Quién es esa? Nunca la he oído. ¿La conoces? ¿Vive aquí?
Ya me hiciste reír, ella vivió en el siglo diez y siete y no aquí, vivió en Europa. Era una mujer muy bella.
Y yo qué carajos tengo que ver con esa mujer. Estoy hablando de mis arrugas
y tú sales con una desconocida. ¿O tú estás loca o yo lo estoy? 

Acabo de leer su historia en una revista. Es increíble. Con decirte que mató a más de seiscientas mujeres que iban de los ocho a los veinticuatro años de edad. Es la asesina más grande de la historia.
Hice mal en ofrecerte el tequila, yo hablo de mi piel y tú me sales con una marquesa asesina.
Condesa, no era marquesa.
Condesa, marquesa o princesa, a mí me vale…Ay, pero qué tonta soy, permite que me ría, ya entendí. Tú tratas de distraerme para que no piense en mis arrugas. Has de creer que si no pienso en ellas no van a existir, pero mírame, estoy llena de ellas. No las quiero contar porque me suicidaría en el acto. Ya ves, te falló tu estrategia.
Si al menos me dejaras hablar, pero tú de que abres la boca no paras. ¿Podrás permitirme que te diga lo de la condesa? Te va a interesar.
Tengo dos opciones, dejarte hablando sola o aguantarme y oírte. Nada más te digo que últimamente estoy de muy mal humor, así que tú decide.
A Erzebet también le preocupaban las arrugas. Consultó a una curandera, bruja, que le recomendó se aplicara sangre fresca de doncella, que eso era lo único y lo mejor. Erzebet, católica como era, rechazó la fórmula. Además la idea de aplicarse sangre le daba cierto asco.
A mí también me daría, fúchila, nomás imagínate, un líquido viscoso y caliente. ¿Y qué pasó?
Un día su doncella la estaba peinando, sin querer le dio un jalón a su cabellera. Lacondesa enfureció y le dio una cachetada fuerte que hizo que la muchacha sangrara abundantemente por la nariz. Parte de esa sangre mojó la mano de la aristócrata. Para su sorpresa vio que la piel manchada recobraba la tersura de antes. ¡Es verdad lo que dijo la bruja!, pensó. Hizo que agarraran a la muchacha de los brazos, tomó la tijera con la que le cortaban sus rizos y con ella le produjo múltiples heridas a la joven. La
condesa se bañó con la sangre mientras la mujer joven moría en el mismo lugar. La mandó enterrar en los patios del castillo. La sangre aplicada la hizo rejuvenecer. A partir de esa fecha casi a diario sacrificaba a una jovencita. Ella se sumergía en una tina con agua caliente, sobre ella caía la sangre fresca. Llegó a construir una torre de madera colocada sobre la tina para que la sangre de la joven degollada cayera sobre ella como si fuera una regadera. En poco tiempo terminó con la vida de todas las doncellas del castillo así que mandó traer jovencitas de todo el reino. El señuelo para hacerlas venir, o que los padres las enviaran, era que iban a ser parte del séquito de la condesa y que sus ganancias serían en oro. Así murieron más de 600 mujeres muy jóvenes.
¿Nunca la descubrieron?
Una joven, herida, pudo escapar y dio a conocer lo que sucedía en las salas del palacio. Un enemigo de la condesa envió a sus soldados a averiguar y para su espanto encontraron en los sótanos a muchas mujeres moribundas llenas de heridas. En los jardines y patios encontraron cadáveres. Con tantas pruebas condenaron a la mujer. La llevaron a una torre y la encerraron en un cuarto sin luz ninguna y con sólo una rendija por donde le introducían alimentos. Los cuatro años que vivió en ese lugar no habló una sola palabra. Ahí murió. Mira, de casualidad traigo la revista en la bolsa, vienen varios cuadros de esa mujer. Era bella.
Deja ver…¿Qué edad tendría? Sí que era hermosa.
Más de cincuenta, creo que se acercaba a los sesenta, pero no lo sé bien.
Muy hermosa, y sí, no se le ve ninguna arruga en su cara.
Son pinturas no fotos. Los pintores se les pudieron quitar.
¡No tiene una sola arruga!
Insisto que son dibujos, pinturas.
¡Lo de la sangre funciona! ¡No tiene arrugas!4
¿Qué haces? Deja ese cuchillo, te puedes cortar.
¡Odio las arrugas!
¡Cuidado! Me vas a lastimar. Suelta eso. ¡Ay, me heriste! ¡Auxilio!
¡Ya no tendré arrugas!
Por favor, por fa….


Entradas que pueden interesarte

Sin comentarios