Y aquel iluso personaje enamorado de un paisaje se encontraba, donde las hojas marchitas le hacían sentir que podía desmoronarse al mismo tiempo que estas se deshacían en sus manos, viviendo de analogías en un minúsculo instante, donde su interior podía verse de igual manera que lo que veían sus ojos. Un árbol a mitad de la noche, el viento fuerte revoloteando a su alrededor como si una bestia enfurecida rodeara a su presa antes de atacar, pero aun en medio de un aparente caos, todo parecía tan sincronizado esa noche, si alguna cosa fuera distinta, rompería el orden con el que había representado sus sentimientos, si alguna cosa fuese distinta en el, no se encontraría con lagrimas en sus ojos en este instante, solo si alguna cosa hubiera sido distinta, su dolor tendría un sabor menos amargo que el de estas solitarias lagrimas al llegar a sus labios, si tan solo una solo cosa pudiera cambiarse, la soledad no lo abrazaría con tanto empeño, no lo ahogaría entre las palabras que no dijo, no moriría segundo a segundo por dejar que el miedo le arrebatara todo.
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