Ser periodista



Es trabajar por la verdad, buscarla y aproximarse a ella por sobre los prejuicios propios y ajenos.
Es informar a la comunidad de los hechos que merecen ser convertidos en noticias.
Es dar a conocer acontecimientos de interés público después de analizar y valorar muy bien los datos que se poseen.
Es tener prudencia de no precipitarse y averiguar muy bien por la validez de fuentes de información.
Es decir las cosas de forma que sean los hechos los que hablen y no se note lo que piensa quien redacta la noticia.
Es preferible escuchar mucho a hablar mucho: dos oídos – el doble de lo que se habla – una sola boca – es norma de sentido común.
Es no convertir en risa lo que es causa de dolor, ni tristeza lo que es motivo de alegría.
Es saber que la calumnia es siempre una acusación falsa hecha maliciosamente y que difamar es atentar contra la honra ajena aunque sea cierto lo que dice.
Es callar cuando con hablar los daños para las personas y la sociedad, pueden ser peores.
Es averiguar por si mismo y no repetir las cosas oídas sin verificarlas.
Es amar la exactitud y la imparcialidad.
Es hablar y escribir con claridad, brevedad y corrección.
Es no mezclar nunca la información con las propias opiniones.
Es respetar el derecho del público a ser informado verazmente.
Es procurar no usar adjetivos al redactar las noticias, porque un adjetivo puede acabar con la objetividad.
Es renunciar a la pasión política y a las emociones que enturbian la información.
Es saber preguntar y saber recoger las respuestas sin permitir que la información invente o deforme. Es ayudar a clarificar problemas y no ayudar a crear más problemas.
Es estar en actitud de aprender siempre, el estudio es el mejor respaldo para oír, ver y escribir mejor.
Es ser respetuoso con todas las personas cualesquiera que sea su edad, su condición o su papel en la sociedad.
Es no condenar antes de que lo hagan los jueces.
Es procurar que el bien sea noticia. Es dominar la técnica de un oficio y perfeccionarse en ellas como artesano en el manejo de sus herramientas.
Es poseer una cultura general que dé una visión adecuada de la vida, del mundo y de la sociedad en que vive.
Es distinguir muy bien entre actualidad, novedad e interés de información.
Es no ceder a la tentación de poder de la información para someter o explotar a otros.
Es tener conciencia de las limitaciones personales y aceptar la ayuda de sus colegas, por aquello de que cuatro ojos ven siempre más que dos.
Es luchar contra la vanidad de verse u oírse en letra impresa, en sonido o en imagen.
Es guardar celosamente lo que se confía en reserva.
Es no perder la costumbre de rectificar las equivocaciones cometidas.
Es disciplinar constantemente la inteligencia, venciendo la pereza.
Es tener como respaldo seguro una actitud ética como base en una conciencia cierta y recta.
Es fomentar la curiosidad por cosas y personas y desarrollar un espíritu crítico que razone y argumente.
Es no fiarse solamente de la propia experiencia, pues siempre pueden hacer mejor las cosas y siempre hay personas que saben más que uno.
Es no despreciar el orden que, a veces, parece ser enemigo del oficio.
Es amar y respetar la libertad de los demás para poder vivir con libertad la propia misión.
En contribuir a crear una opinión pública al servicio de toda la sociedad y no de unos determinados grupos o sectores. Es trabajar siempre en el bien común y no en el provecho personal.
Es tener una pasión que dura toda la vida.

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