Estado Islámico: "Una enorme pérdida para la humanidad"

La Unesco se declaró preocupada por el futuro de las ruinas de más de 2.000 años. Foto: AFP
Las tropas del régimen de Bashar al-Asad abandonaron su posición a las afueras de la ciudad. Los yihadistas ya controlan cerca del 50% del territorio sirio.
El grupo Estado Islámico (EI) se apoderó este jueves de la totalidad de la ciudad siria de Palmira, declarada patrimonio de la humanidad, con lo que el grupo yihadista controla ahora la mitad del territorio del país, indicó una ONG.
El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) y combatientes en la región afirmaron que las tropas del régimen sirio se retiraron de sus posiciones en las afueras de esta ciudad, situada en el desierto.
"Los combatientes del EI están en todos lados en Tadmor [nombre árabe de Palmira], también junto al sitio arqueológico" situado en el suroeste de la ciudad, dijo Rami Abdel Rahman, director del OSDH.
"Las tropas del régimen se derrumbaron y se retiraron de todas las posiciones sin ofrecer resistencia", aseguró Mohamad Hasan al Homsi, militante originario de Palmira.
Según el OSDH, las tropas del régimen sirio se retiraron de sus posiciones dentro y en la periferia de la ciudad, abandonando puestos militares de toda la Badiya (desierto sirio), el aeropuerto militar y la prisión en la que los yihadistas entraron por la noche.
La caída de esta ciudad de 2.000 años en manos del EI hace temer por sus célebres ruinas, inscritas como patrimonio mundial de la Unesco.
Desde el inicio de la ofensiva el 13 de mayo, la batalla de Palmira ha dejado 462 muertos, señaló el OSDH, recordando que, con la toma de esta ciudad, el EI controla "ya más de 95.000 km2 en Siria, el 50% del país".
Perla antigua del desierto sirio
La antigua ciudad de Palmira es famosa por sus columnas romanas, sus templos y sus torres funerarias, vestigios de un brillante pasado.
Situada a 210 km al noreste de Damasco, la "perla del desierto", inscrita por la Unesco en el patrimonio mundial de la humanidad, es un oasis cuyo nombre apareció por primera vez en una tableta hace 4.000 años, y que fue lugar de tránsito de las caravanas entre el Golfo y el Mediterráneo, así como una etapa en la Ruta de la Seda.
Palmira (Ciudad de las Palmeras) conoció un notable auge con la conquista romana, a partir del siglo I antes de Cristo.
Fue un lugar lujoso y exuberante en pleno desierto, gracias al comercio de especias y perfumes, de seda y de marfil. En el año 129, el emperador romano Adriano la convirtió en ciudad libre y  tomó el nombre de Adriana Palmira. Fue en aquella época cuando fueron construidos los principales templos, como el de Bel, o el Ágora.

La trinidad integrada por el dios babilonio Bel, equivalente de Zeus, de Yarhibol (el Sol) y Aglibol (la Luna) era venerada en esta ciudad antes de la llegada del cristianismo en el siglo II después de Cristo.
En el siglo III, aprovechando las dificultades del Imperio Romano, la ciudad se convierte en reino, y la bella Zenobia en su reina.
En 270, Zenobia conquista toda Siria, una parte de Egipto y llega incluso a Asia menor. Pero el emperador romano Aureliano reconquista la ciudad, Zenobia es conducida a Roma, y Palmira conoce su declive.
Antes del inicio de la crisis en Siria en 2011, más de 150.000 turistas visitaban la ciudad de las 1.000 columnas, con sus estatuas y su formidable necrópolis de 500 tumbas, donde los ricos palmiranos construyeron una serie de monumentos funerarios suntuosamente decorados, muchos de los cuales han sido recientemente saqueados.
El más bonito lugar de Siria exhibe los estigmas —caída de columnas y capiteles corintios— dejados por los combates que libraron entre febrero y septiembre de 2013 los rebeldes y el ejército.
Según el gobernador de la provincia, la ciudad intramuros tiene unos 35.000 habitantes y desplazados, que se han instalado en ella desde el inicio del conflicto. A falta de turistas, la mayoría de sus habitantes están desempleados.
"Una enorme pérdida para la humanidad"
La destrucción del sitio arqueológico de Palmira, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco, sería "una enorme pérdida para la humanidad", alertó la directora de la organización.
"Palmira es un extraordinario patrimonio de la humanidad en el desierto y cualquier destrucción ocurrida en Palmira no sólo sería un crimen de guerra sino una enorme pérdida para la humanidad", dijo Irina Bokova en un video publicado por la organización, con sede en París.
Bokova agregó que estaba "extremadamente preocupada" por los últimos acontecimientos y reiteró su petición de un inminente alto el fuego y una retirada de las fuerzas militares.
"Después de todo, se trata de la cuna de la civilización humana. Pertenece a toda la humanidad y creo que todo el mundo debería preocuparse por lo que está ocurriendo", agregó la directora de la Unesco.

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