La Gran Familia de Razas Inteligentes Reptilianas recibiría en su conjunto el nombre de Ginaabul. La primera de estas razas serían los Kingu, también conocidos como Saurios, Draconianos o Dracos.
Otras Razas Ginaabul serían los Usumgal (otra variedad de Saurios), los Sutum (Lagartos Machos), las Amasutum (Lagartas Hembras), los Musgir (también conocidos como Pazuzu y Gárgolas), etc.
Los Kingu o Draco se habrían originado en la Tierra, evolucionando de los dinosaurios. Esto debe haber sucedido en una Línea de Tiempo diferente a la nuestra.
Tras un cataclismo que habría destruido la Tierra en esa Línea de Tiempo, emigraron al Sistema de Thubán, también conocido como Alfa Draconis. Desde ahí habrían extendido su Imperio por diferentes Constelaciones, especialmente en Orión, que se convirtió, prácticamente, en su segundo hogar.
En Orión, los Ginaabul conocieron a sus primeros aliados: En la Nebulosa de Orión conocieron a los Ameli o Lux, Seres Etéricos que gustan alojar en el cerebro de los seres físicos inteligentes. En el Sistema Alnitak de Orión, conocieron a los Sukkal o Carianos, seres con aspecto de Hombres-Pájaro.
En el Sistema Rigel de Orión conocieron a los Riguelianos, seres pequeños y de grandes ojos y cabezas, a los cuales, más bien esclavizaron. En el Sistema Zeta Retículi de la Osa Mayor, los Ginaabul encontraron a seres de similares características, y mezclando genes de ambas razas, con los del Musgir, crearon al esclavo perfecto: los Miminu. Estas tres razas, los Riguelianos, los Zeta Reticulianos, y los Miminu, son los que hoy conocemos como los «Grises».
Los Ginaabul continuaron expandiendo su Imperio por las Constelaciones. Generalmente, cada guerra que emprendían las ganaban, aunque en una ocasión sufrieron una amarga derrota en el Sistema Sirio del Can Mayor, a menos de los nativos Abgal, una especie de Hombres-Peces. Pero una nueva raza, creada por los Abgal después de dicha guerra, se convertiría en el gran rival de los Ginaabul a través de las edades. Éstos eran los Amelius, o Humanos Galácticos, originados en el Sistema Vega de Lira.
Los Ginaabul conocerían a esta raza durante la Primera Gran Guerra de Velatropa, nuestro Sector Galáctico. Ésta comenzó como un conflicto con los Insectoides Nim —también conocidos como «Mantis»—, y terminó con un conflicto con una serie de Razas Aliadas de los Nim, lideradas por los Humanos.
Por primera vez, los Ginaabul se encontraron con una Alianza de múltiples Civilizaciones en su contra. Aún así lograron causar grandes bajas a sus enemigos, e incluso destruir el Planeta Natal de los Humanos. Pero, cuando su propio Planeta Capital en Draco, fue también destruida, Satanel —el Comandante Supremo de las Fuerzas de Orión—, hizo un inesperado e histórico llamado a todas las partes del conflicto a una negociación conjunta.
Tras este proceso, nació la llamada Federación Galáctica de Velatropa, y una nueva Era de Paz Galáctica dio inicio. Se hicieron múltiples expediciones a diferentes Sistemas para descubrir y contactar pacíficamente a diversas Razas para hacer la invitación a sumarse a la Federación. Incluso, se llegó a contactar a los Helel, Creadores y Planificadores Cósmicos de la Evolución en Nebadon, el Cúmulo Galáctico al que pertenecemos; y hasta se organizó una Expedición a la Galaxia Central de Andrómeda, para una entrevista con el Consejo de los 13 de Nebadon.
De todo esto, se aprendió que había un Plan Cósmico, y que las Razas protagonistas en éste eran los Reptilianos y los Humanos. Sin embargo, en cierto momento, los Helel decidieron que su Plan Cósmico no estaba resultando como debía, y apostaron por un «Cambio de Planes Cósmico». Luzbel, uno del Consejo de los 13, se rebeló contra este cambio de Planes, y decidió que los Ginaabul debían saber de qué se trataba: Contactó con Satanel —ahora Líder y Representante de toda la Liga de Orión para la Federación Galáctica—, y le dijo que los Helel habían creado una nueva Línea de Tiempo, en la cual la Tierra no daría origen a una Raza Reptiliana, sino a una Humana.
Ante esta noticia, Satanel entró en cólera, y ésta se extendió a toda la Familia Ginaabul, cuando el Nuevo Plan Cósmico fue revelado. Entonces, Satanel proclamó su Rebelión Cósmica contra este Plan, contra los Planificadores Helel, y contra la Federación Galáctica, que se había convertido en ejecutora de esos Planes.
Estalló así la Segunda Gran Guerra de Velatropa, que fue aún más terrible que la primera. Mundos completos fueron barridos sin contemplaciones por la furia Reptil. Pero, finalmente, los Rebeldes y sus Aliados fueron aplastados y sometidos en la Batalla Final de Shielho, librada en el Sistema que conocemos como Alción de las Pléyades.
Satanel y sus principales Comandantes, fueron apresados y juzgados ante el Consejo de los 24 de Norlatiadek, nuestra Galaxia. La sentencia fue el ser deportados a la Tierra, en el Tiempo Alternativo, en una época situada hace un millón de años de nuestro tiempo, para realizar trabajos forzados en favor del Nuevo Plan Evolutivo para la Tierra.
En esta época estaba surgiendo la Raza de Andon u Homo Erectus, que estaba destinada a evolucionar hacia un Humano Inteligente capaz de albergar una Chispa Divina en su ser. Los Rebeldes, no sólo no ayudaron en este Proyecto, sino que se las arreglaron para sabotearlo y, en un último enfrentamiento con los Comandos de la Federación Galáctica en la Tierra, fueron destruidos.
Pasaron, entonces, con sus Cuerpos Astrales a habitar la Cuarta Dimensión de la Tierra, y ahí se dieron cuenta de que no podían escapar de este planeta, debido a ciertos Dispositivos instalados por la Federación Galáctica.
Entonces, su ira fue inmensa, y juraron no descansar hasta encontrar la forma de destruir la Humanidad, de la Tierra primero, y de todo el Universo después. Pero antes, les quitarían la Chispa Divina —Chispa de la que ellos carecen—, para ser inmortales y trascencer el Universo Material; para enfrentarse y destruir a los Helel, que habían jugado con ellos y con todas las Razas del Universo.
Por entonces, lo único que pudieron hacer sus aliados Miminu, fue crear un Portal Dimensional en Marte, por el cual los Reptilianos Astrales podían asomarse durante ciertas Alineaciones Planetarias.
LOS ANUNNAKI
Pasó el tiempo y, hace unos 450.000 años, empezaron a llegar a la Tierra, los Anunna, una rama menor de Humanos Galácticos, creada por los Humanos de las Pléyades. Estos Anunna llegados a la Tierra, fueron conocidos como los Anunnaki. Luego, hace unos 400.000 años, un grupo menor de Anunnas, conocidos como los Nungal o Igigi, fueron destinados a Marte.
Los Reptilianos Astrales se dieron cuenta que Anzu, el Comandante de los Nungal, tenía ciertos odios y rencores hacia los Líderes Anunnaki, y comenzaron a alimentar psíquicamente esa rivalidad, empujándolo sutilmente a iniciar una guerra entre los Nungal y Anunnaki. Sin embargo, la rebelión de Anzu fracasó, y éste fue ejecutado.
Mientras tanto, los Anunnaki crearon la Raza de Adamu o Neandertal, combinando sus propios genes con los del Andonita u Homo Erectus.
Anzu había dejado un hijo, Ullikummi, y los Reptilianos Astrales también influyeron en él para lanzarse en una guerra de revancha contra los Anunnaki, la cual se dio finalmente hace 210.000 años. Pero esta rebelión también fue aplastada por los Anunnaki.
Mientras tanto, hace 108.000 años, estos dieron origen a la Raza de Adapa, u Homo Sapiens Sapiens, una raza ya capaz de albergar una Chispa Divina, aunque no todos tenían este componente.
Los Reptilianos Rebeldes notaron un nuevo motivo de descontento entre los Nungal, al pasar éstos demasiado tiempo en Marte, solteros y sin mujeres, y decidieron aprovecharlo en su favor. Ésta vez, y con ayuda de un grupo de Reptilianos Físicos recién llegados a Marte, realizaron una compleja operación, secuestrando a Marduk, y expulsándolo de su propio cuerpo, para instalar en su lugar a Satanel. La misma operación se realizó con los hombres de confianza de Marduk, cambiándolos por los Compañeros más cercanos de Satanel.
Entonces, los Líderes Reptilianos, en los cuerpos de los Líderes Nungal, se prepararon militarmente y, hace unos 52.000 años, desataron una nueva Rebelión, descendiendo a la Tierra, para tomar esposas de entre las mujeres Adapitas, y obligando a los asombrados Líderes Anunnaki a bendecir dichas uniones, bajo la amenaza de atacar y destruir desde el Espacio todas las Instalaciones Anunnaki en la Tierra si se negaban a hacerlo.
Todo esto lo hicieron para iniciar un Linaje especial de Humanos-Reptilianos y, desde entonces, los Reptilianos han estado buscando la combinación de ADN exacta que les permita seguir siendo Reptilianos y, a la vez, albergar en sí una Chispa Divina, como los Humanos.