A principios de este mes de abril, el equipo de investigación codirigido por el profesor de la UNED Martí Mas y Abdelkhalek Lemjidi, profesor del INSAP e investigador del Centre National du Patrimoine Rupestre de Marruecos, y del que también forma parte la tutora de la UNED, Mónica Solís, realizó su última campaña de trabajo en el sur del país.
Llevan más de cuatro años trabajando en el Valle del Tamanart, catalogando y registrando en diferentes abrigos y yacimientos las numerosas muestras de arte prehistórico que pueblan la zona, pero no ha sido hasta ahora cuando han empezado a establecer las posibles dataciones de los hallazgos y a apuntar las primeras conclusiones de las mismas.
A falta de las dataciones absolutas que se llevarán a cabo en los próximos meses de los pigmentos de las pinturas, y que se realizarán mediante una prueba perfeccionada del Carbono 14 denominada C14AMS, las secuencias definidas por las superposiciones de los grabados indican que ya había ejemplos de arte prehistórico en la zona mucho antes de lo que se pensaba hasta la fecha (10.000 a. C.), pudiendo ubicar las mismas entre el 10.000 y el 20.000 a.C.
A la espera de estas pruebas absolutas, los investigadores trabajan con otras técnicas para establecer una datación aproximada de cada serie de grabados o pinturas. Martí Mas explica que “en el yacimiento de Azguer 1, donde ya hemos finalizado toda la documentación, hemos podido establecer secuencias más antiguas gracias a las superposiciones. Es decir, se pueden definir distintos momentos de ejecución en la misma zona que indican que, antes de la fecha aceptada actualmente como inicio de la ocupación y del arte prehistórico de la zona, ya se realizaban pinturas y grabados”. Muestra de ello es una figura zoomorfa siluetada que se encuentra debajo de un elefante, también pintado, pero realizado posteriormente sobre dicha figura, cuya representación todavía no tienen clara los investigadores.
Los trabajos en el yacimiento de Tachokalt 1, también finalizados y gracias a los cuales se han podido registrar más de 250 paneles y rocas con grabados, arrojan resultados que apuntan conclusiones en la misma línea. “En este caso, la datación se realizaría a través del análisis de la pátina y, por supuesto, a través de la comparación de estilos, que presentan una gran similitud con las diferentes muestras de las distintas épocas en la zona”, señala Mas.
La pátina está formada por los restos orgánicos provenientes de la atmósfera que se van depositando en los trazos de los grabados. Su análisis permite establecer en qué fecha se fijaron al mismo, ofreciendo una datación aproximada del grabado en cuestión.
Investigadores trabajando en un abrigo rocoso
Además de la importancia absoluta de los hallazgos, la confirmación de las hipótesis que manejan los investigadores “cambiaría las teorías relativas a la zona estudiada, no sólo sobre la Prehistoria del norte de África, sino también sobre la evolución climática y ambiental del sur de Marruecos en sus procesos de desertización”, indica Mónica Solís.
Y es que los procesos de desertización de esta zona no están exentos de cierta polémica entre los investigadores, que dudan sobre su comienzo y evolución. “De confirmarse la existencia de arte prehistórico en las fechas que manejamos, podríamos deducir que en esa época no había todavía desierto, sino una zona húmeda, dato que se confirma también por la fauna representada en los yacimientos, que no es propia del desierto”.
Gracias a los trabajos realizados por el equipo de Mas y Solís a lo largo de las diferentes campañas realizadas desde 2011, que cuentan con la subvención del Instituto del Patrimonio Cultural de España del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y el apoyo de las autoridades locales y culturales marroquíes, se podrá establecer la evolución del arte prehistórico en Marruecos hasta llegar al momento actual.
“Además de los yacimientos ya finalizados”, indica Mas, “en las últimas campañas hemos avanzado en otros abrigos ubicados en el centro del Valle, como Oukas. De esta forma comprobamos cómo las muestras más antiguas se encuentran al sur del valle –Tachokalt- mientras que según se va avanzando hacia el norte los hallazgos son cada vez más modernos, con representaciones propias del arte de los cazadores-recolectores y los posteriores productores hasta llegar al arte Amazigh (bereber) actual”.
Crowdfunding para construir el Centro de Investigación Arqueológica
El equipo de investigadores de la UNED que trabaja en Tamanart ha iniciado un proyecto paralelo para crear, en el centro del valle, un Centro de Investigación Arqueológica. Con él pretenden acercar a la sociedad sus trabajos y contribuir al desarrollo sostenible de una zona que, por cuestiones climáticas, se enfrenta a grandes dificultades pero que, al mismo tiempo, dispone de una gran riqueza patrimonial. Además, los expertos consideran que, poniendo en valor los yacimientos de la zona, se favorece la conservación activa de los mismos.
Para financiar el proyecto, los responsables de la iniciativa han recurrido a la microfinanciación voluntaria a través del crowfunding que promueve la plataforma Precipita, desarrollada por el Ministerio de Economía y Competitividad a través de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt).
El proyecto tiene un objetivo mínimo establecido en 4.000€, de los cuales se han conseguido hasta la fecha más de 2.500. Para contribuir a la consecución del mismo y que los investigadores puedan recibir la financiación necesaria, sólo hay que hacer clic aquí.