A veces puede ser difícil imaginar las consecuencias que se derivarían de un colapso de la economía mundial.
En una reciente entrevista, el conocido y polémico analista Greg Mannarino, advierte de los peligros que se ciernen sobre todos nosotros.
Según Mannarino, estamos frente a un caso tan grave que tendrá un impacto directo casi sobre todas las personas en la tierra:
Greg Mannarino
“Los bancos centrales han adoptado un modelo económico basado en la deuda, que exige que le pidamos prestado dinero al futuro en cantidades cada vez mayores para mantener vivo nuestro presente.
Si no tuviéramos acceso a todos estos fondos procedentes de los prestatarios del futuro y que inflan nuestra deuda no disfrutaríamos del estilo de vida que tenemos ahora.
Esto ha creado un auge de la población: un aumento de población que ha crecido en paralelo con la deuda.
Así que, cuando la burbuja de deuda estalle, eso va a provocar una corrección de la población. Es una certeza matemática.
Millones y millones de personas van a morir a escala mundial cuando la burbuja de la deuda estalle.
A medida que los recursos se vuelvan más escasos, vamos a ver a los países entrando en guerra los unos con los otros.
La gente se peleará, en el peor de los casos, por la supervivencia y por mantener viva a su familia y a sí mismos.
No hay manera de evitarlo.
Ellos entienden dónde va a parar todo esto. Por eso los bancos centrales del mundo, han puesto las tasas de interés negativas, volviendo del revés todo el sistema financiero.
Este es un reflejo del nivel de su desesperación. Le están cobrando a la gente por poner dinero en estas instituciones.
Pero esta maniobra no puede funcionar, porque el sistema no está diseñado para funcionar así.
Y esto nos explica lo cerca que estamos de que llegue el momento fatídico…”
Como señala Mannarino, debería ser obvio que estamos cerca del punto crítico que conducirá a una implosión del sistema basado en la deuda sobre el cual se construyen todas nuestras estructuras sociales.
Cuando este sistema caiga, también lo hará la vida tal y como la hemos conocido hasta ahora.
Esperemos que las previsiones apocalípticas de Mannarino no sean ciertas…