Foto: Fernanda Gomes Losna
Suenan tétricas las notas
del viejo blue BAIXO
La luna muestra lo que encierra
en su lado más oscuro
Visto de negro
y el Dios de los vientos
mece enfurecido mis cabellos
Se escuchan “In crescendo”
desazón y penas
notas oscuras,
sangran miserias,
cierro los dedos,
no tienen fuerzas
Velas negras encendidas
alrededor de mi lecho
un cirio rojo quemándome
las entrañas y los sesos.
Sensaciones funestas,
pecho abierto
dagas de fuego
apretadas contra el alma
Ritual necrofílico en el que invoco
destrozar carnes y huesos,
todas las estrellas de mi universo ,
maldita noche dantesca.
El corazón amordazado
grita silencioso, desangrándose
partiéndose en miles de fragmentos
acosado, sin remedio.
Muera esta noche
el absurdo símbolo del amor
Adormecida la mente
se ofusca, se estrecha.
El dolor denso avanza
hacia la conciencia
se desbarata toda luz ,
el cuerpo se hace pesado.
No hay calidez en tus brazos,
no quieres existir.
Ni intimidad para lágrimas y sollozos,
nada se respeta,
todo es profanado ,
burlado …
Mis lunas desorbitadas
saltan de sus orbitas, inflamadas
Un bello ángel cree tener las respuestas
o quizás la llave de oro que abra la jaula
No puede ver que el colibrí
agoniza entre sus manos.
Pobre y tierno ángel
solo puede mirar al ave destrozarse
o abrir la ventana
e imaginar que la libero.
Enredada estoy
maleza putrefacta y oscura
ni siquiera asfixias ,ni asqueas
El antiguo concierto
sigue su ancestral partitura.
El cuerpo se va separando
en pedazos de carnes y huesos
Concierto espeluznante,
noche de muerte
sin resurrección
La preciosa copa yace colmada
sangre coagulada,
cenizas cubriéndome
de los pies a la cabeza,
fría habitación oscura ,
vacía en actitud de olvido.
Cuerdas de tripa humana
gritan su desventura
Hermosas melodías
de marchas fúnebres
Parecieran decir
-No digas amor más nada
Todo debe acabar de prisa
no es tiempo de trinos
¡Duerme, duerme que ya nada existe!
Me tienes muerta atada a un tiempo
que dejo de ser mío.
Hoy solo sé que a pesar
de mil grilletes
me alejaré hacia la cortinas de flores
que a lo lejos llaman.
La caja negra retumba,
escucho y veo gentes
Rostros que ni conozco , dicen
-Ven de prisa
-No escuches más conciertos de mentiras
El pánico pugna por brotar
en grandes borbotones
Estoy vacía
de tanto haberte amado
príncipe oscuro
Ni siquiera tu rostro
he visto en mis sueños,
Ni tu voz me es familiar
cuando el sol se apaga
Solo imágenes amorfas
dicen que fuiste mi amor
Tú , sueño oscuro
me empujas hacia precipicios
Tú , me abandonas
en medio de la oscuridad
sin comprender nada,
como si fuese yo un feto.
No pretendo ser tu dueña,
tampoco tu esclava
Sueños de amaneceres,
inquietantes imágenes
recree en tu mente
hasta incendiar tus cimientes,
hasta reventar de placeres descontrolados
en donde las prácticas sexuales
resultaban consuelos
Días de risas y otros de angustias desmedidas,
de esperas inútiles
en donde se marchitaban
las yemas de los dedos
mientras mi alma se esconde
La maleza ensucia de mentiras lo que oculta
y me hunde cual pantano
en fango ponzoñoso.
Mi alma canta moribunda
sin que me crean
Hoy es noche de concierto
– Vida mía, no luzco de gala
Ni los rizos que tanto amaste
están dorados,
se vuelven blancos
y mi piel morada, muy morada
Me ahogo en mis penas,
desolado veneno amargo
que crece y me mata de a pocos
El concierto de lamentos
rompe los cristales,
mis azules pensamientos
golpean tu puerta
y las ventanas se empañan
sudando sangre negra
Tengo amores por miles,
caricias todas
pero nada me alcanza ,
solo tu amor nefasto,
odiosa fealdad que me hace
prisionera de mis verdades.
La sangre fluye rabiosa
sobre la estola de las ausencias
Llevo los zapatos gastados
por las rocas del viejo camino
Ni siquiera tengo el consuelo
de mis antiguos laberintos,
una fuerte roca partió hace mucho
todos mis espejos,
solo una manta repleta
de azules penas cubren del frío
¡Oh, malditos dioses duermen sobre sus glorias!
Mis huesos crispan,
se destrozan hasta el mismo tuétano
Malditos dioses que retozan
sobre sus nubes y no miran
Mírenme beber mi propia sangre
y morderme las entrañas
Rían jubilosos ante mi degradación,
miren mis ojos perdidos
miren mi fealdad, tembloroso mi pecho,
muerte tangible acercándose al cuerpo.
No necesito la protección
de quienes nunca me amaron
Ni proyectar mi rabia contra nadie,
que no sea yo misma
Hasta que pueda descansar
sobre la tierra húmeda
Hoy solo quiero dejar de ser cobarde
y partir amor
porque solo se muere una vez
y no será contigo.