Estado Islámico mató a 4 jóvenes más en su toma de control de Sirte

La rama libia del grupo yihadista Estado Islámico (EI) mató anoche a cuatro jóvenes libios residentes del barrio "3" de la ciudad oriental de Sirte, al este de Trípoli, según aseguró a Efe hoy una fuente local de seguridad.
La fuente precisó que dos de las cuatro víctimas eran hermanos de Faray al Uarfali, un comandante de las fuerzas islamistas afines al gobierno rebelde de Trípoli.
"Los yihadistas del EI colgaron los cadáveres de los cuatro jóvenes en el aire, en Yazirat al Zafarán en Sirte, con el fin de meterles miedo a los residentes del barrio", dijo la fuente. Además, los yihadistas del EI arrestaron al menos a una cincuentena de personas, en su mayoría mujeres, en el barrio "3" de Sirte.
La fuente precisó también que ese barrio, que vive intensos combates desde el pasado martes entre el EI y jóvenes libios, "ya está bajo control de la organización yihadista". Por eso, numerosos habitantes del barrio "3" -y en especial los pertenecientes a la tribu llamada Al Faryan- abandonaron sus casas y huyen hacia las ciudades vecinas de Misrata y Beni Walid.
El ministerio de Defensa del gobierno rebelde de Trípoli anunció hace tres días el inicio de una operación militar para liberar la ciudad de Sirte del Estado Islámico.
"Esa operación empieza hoy", afirmó por su parte el Estado Mayor del gobierno rebelde, que fijó como objetivo la lucha contra el terrorismo y "limpiar la ciudad del EI". Por su parte, el presidente del Parlamento de Trípoli y jefe de las Fuerzas Armadas, Nuri Abu Sahmein, abrió hoy una investigación a las milicias armadas encargadas de asegurar y proteger la ciudad de Sirte, que se retiraron sin el conocimiento del Estado Mayor de Trípoli.
En un comunicado, Abu Sahmein responsabilizó a esas milicias del deterioro de la situación de seguridad en Sirte. El pasado jueves, al menos tres civiles murieron durante los intensos combates registrados entre miembros del EI y jóvenes de la ciudad de Sirte.
Libia es un Estado víctima del caos y la guerra civil desde que en octubre de 2011 la OTAN apoyó con bombardeos aéreos a los rebeldes y contribuyó a derrocar el régimen de Muamar al Gadafi.
Desde entonces, esta nación mediterránea está dividida, con un gobierno rebelde en Trípoli y otro internacionalmente reconocido en Tobruk, que luchan por el control político y de los recursos naturales, en especial el petróleo.
De esa división se benefician grupos yihadistas afines al EI y a Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), que en los últimos meses han ampliado su poder e influencia en el país, donde no cesan los combates. 

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