Los reclusos de la Cárcel Central de Hama, en el centro de Siria, se han amotinado, mientras que las fuerzas del régimen del presidente Bachar de Al Asad tratan de sofocar la rebelión, informó hoy el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Se desconoce cómo se originó el motín, aunque la ONG destacó que, en un vídeo grabado en el interior de la prisión, uno de los reos se quejó del mal funcionamiento del centro penitenciario.
Activistas citados por el Observatorio aseguraron que se ha oído el ruido de disparos en los alrededores de la cárcel, donde han irrumpido refuerzos de los efectivos gubernamentales en un intento de controlar a los reos.
Los guardias están lanzando gases lacrimógenos en el interior de las instalaciones, lo que ha causado decenas de desmayos entre los presos, algunos de los cuales están aún a la espera de ser juzgados.
No es la primera vez que la prisión de Hama es escenario de disturbios.
El pasado 25 de julio, las fuerzas gubernamentales trasladaron a 25 prisioneros a otros centros de Latakia, Sueida y Tartús tras una protesta durante el mes sagrado musulmán de Ramadán.
El 23 de junio, los reclusos culminaron una huelga de hambre de una semana, tras recibir promesas por parte del presidente del comité gubernamental de reconciliación en Hama de que transmitiría al Gobierno las peticiones de los prisioneros de revisar "las sentencias arbitrarias" y las condenas a muerte.
Además, les prometió que se regularizaría su situación o bien se les concedería un indulto especial.
El Observatorio no precisó si las autoridades ya han respondido a estas demandas.
Según medios opositores sirios, en el sector de esta cárcel reservado a reclusos relacionados con el terrorismo habría unas 700 personas, algunas de ellas detenidas tras su participación en manifestaciones contra el régimen y otras durante campañas de arrestos arbitrarios.
Siria es desde hace cuatro años escenario de un conflicto que comenzó como una serie de protestas contra el Gobierno, que acabaron degenerando en una contienda, en la que han muerto 240.000 personas, según el Observatorio.EFE
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