Las prácticas perversas del ISIS

El ISIS determinó relaciones sexuales con mujeres cristianas y judías capturadas

Un objetivo. Aishan, una joven de Sinyar, la ciudad arrasada por los terroristas del ISIS.  The New York Times
Un objetivo. Aishan, una joven de Sinyar, la ciudad arrasada por los terroristas del ISIS. 
El ISIS también determinó hace poco que está permitido mantener relaciones sexuales con mujeres cristianas y judías capturadas en el campo de batalla, según un nuevo manual de 34 páginas publicado este verano por el grupo. Casi la única prohibición es tener sexo con una esclava embarazada, y el manual describe que un dueño debe esperar a que una cautiva tenga su ciclo menstrual para “estar seguro de que no hay nada en su vientre”, antes de mantener relaciones sexuales con ella. De las 21 entrevistadas para este artículo, entre las únicas que no habían sido violadas se encontraban las mujeres que ya estaban embarazadas en el momento de ser capturadas, así como aquellas que hacía tiempo habían entrado en la menopausia.
Aparte de eso, parece no existir límites para lo que es sexualmente admisible. La violación infantil no está prohibida: “Está permitido tener relaciones sexuales con la esclava que no haya alcanzado la pubertad si es apta para el coito,” según la traducción de un panfleto publicado en Twitter en diciembre pasado realizada por el Instituto de Investigación de Medios de Comunicación de Medio Oriente.
Una yazidí de 34 años, comprada y violada repetidas veces por un combatiente en la ciudad siria de Al Shadadi, describió cuánto mejor le iba que a la segunda esclava de la casa, una chica de 12 años que fue violada sin parar durante días a pesar de sus abundantes hemorragias. “Le destruyó el cuerpo. Estaba infectada seriamente. El combatiente venía y me preguntaba una y otra vez ‘¿Por qué huele así de mal?’ Y yo le decía que la chica tenía una infección interna, que tenía que cuidarla”, comentó la mujer. Inmutable, él hacía caso omiso de la agonía de la muchachita y seguía adelante con el ritual de rezar antes y después de violarla.
“Le dije ‘es apenas una chiquilina’”, recordó la mujer. “Y él contestó: ‘No. No es una chiquilina. Es una esclava. Y sabe fornicar perfectamente.’ ’ “Y fornicar con ella le gusta a Dios”, dijo.

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