"MARDUK ESTA VIVO" (VIVE EN JAPÓN)


Siete años después de que el Viento Maligno asolara Sumer, la vida comenzó a agitarse de nuevo en la tierra. Pero, en vez de un imperio que gobernara a otros, Sumer era ahora un país ocupado, con algo parecido a un orden, mantenido por tropas elamitas en el sur y soldados gutios en el norte.

Isin, una ciudad que nunca antes había sido capital, fue elegida como centro administrativo temporal, y se llevó a un antiguo gobernador de Mari para que dirigiera el país. En los documentos de la época se registra la queja de que a uno «que no es de simiente sumeria» se le hubieran dado las riendas de Sumer. Como atestigua su nombre semita -Ishbi-Erra-, era un seguidor de Nergal, y su designación debió formar parte del acuerdo entre Nergal y Ninurta.

Algunos expertos denominan a las décadas que siguieron al hundimiento de Ur como la Edad Oscura de la historia de Mesopotamia. Poco se sabe de aquellos difíciles tiempos excepto por lo que se desprende de los anales. Ishbi-Erra, mejorando la seguridad y restaurando por aquí y por allí -y, principalmente, intentando solidificar su autoridad secular-, despidió a la guarnición extranjera que controlaba Ur y, extendiendo su reinado hasta esta ciudad, se proclamó sucesor de los reyes de Ur; pero sólo unas cuantas ciudades rehabitadas reconocieron su supremacía, y un poderoso jefe local de Larsa hasta le planteó en ocasiones algún reto.

Un año o dos más tarde, Ishbi-Erra intentó agregar a sus poderes el de la autoridad religiosa central, asumiendo la custodia de Nippur, levantando allí los emblemas sagrados de Enlil y Ninurta. Pero el permiso para esta acción había llegado sólo de Ninurta, y los grandes dioses de Nippur siguieron mostrándose fríos y distantes. Buscando otros apoyos, Ishbi-Erra nombró a un grupo de sacerdotes y sacerdotisas para que restauraran el culto a Nannar, Ningal e Inanna.

Pero, al parecer, los corazones de los súbditos estaban en otra parte: como sugieren los numerosos textos Shurpu («Purificación») encontrados, fueron Enki yMarduk -utilizando el inmenso conocimiento científico de Enki (sus «poderes mágicos», a los ojos del pueblo)- los que curaron a los afectados, purificaron las aguas e hicieron que el suelo diera una vegetación comestible de nuevo.

Durante el medio siglo que siguió, que abarca el reinado de dos sucesores de Ishbi-Erra en Isin, la normalidad volvió poco a poco al país; la agricultura y la industria se recobraron, y el comercio interno y externo se reanudó. Pero, hasta que no pasaron setenta años de su profanación -el mismo intervalo que se aplicaría después al profanado templo de Jerusalén-, no se reconstruyó el templo de Nippur, a manos del tercer sucesor en el trono de Isin, Ishme-Dagan.

En un largo poema de doce estrofas dedicado a Nippur, éste decía que la divina pareja respondió a sus súplicas para restaurar la ciudad y su gran templo, para que «el enladrillado de Nippur sea restaurado» y «las tablillas divinas vuelvan a Nippur».

Hubo gran júbilo en el país cuando se volvió a consagrar el gran templo a Enlil y Ninlil, en el año 1953 a.C; y fue entonces cuando se declararon oficialmente habitables de nuevo las ciudades de Sumer y Acad.

Sin embargo, el retorno oficial a la normalidad sólo sirvió para reanudar las viejas rivalidades entre los dioses. El sucesor de Ishme-Dagan llevó un nombre que indicaba su fidelidad a IshtarNinurta dio rápido fin a eso, y el siguiente soberano de Isin -el último en llevar un nombre sumerio- sería uno de sus seguidores. Pero las pretensiones de Ninurta sobre el restaurado país no se podían sostener: después de todo, él había provocado, aunque fuera de forma indirecta, la destrucción de Sumer. Como sugiere el nombre del siguiente sucesor, se buscó a Sin para que reafirmara su autoridad; pero los días de su supremacía y de la de Ur habían pasado.

Y así, por la autoridad con la que se habían investido, Anu y Enlil aceptaron por fin las reivindicaciones de supremacía de Marduk en Babilonia. Para conmemorar aquella fatídica decisión en el preámbulo de su código legal, el rey babilonio Hammurabi decía:
El noble Anu, señor de los
dioses que del Cielo vinieron a la Tierra,
y Enlil, señor del Cielo y la Tierra
que determina los destinos del país,
determinaron a Marduk, el primogénito de Enki,
las funciones de Enlil sobre toda la humanidad;
le hicieron grande entre los dioses que vigilan y ven,
dieron el nombre de Babilonia para que fuera exaltada,
la hicieron suprema en el mundo;
y establecieron para Marduk, en su centro,
una realeza imperecedera.
Babilonia, y después Asiria, crecieron en grandeza. Ya no hubo más Sumer; pero en una tierra distante, el testigo de su legado pasó de las manos de Abraham e Isaac, su hijo, a las de Jacob, aquél al que se le llamaría Isra-El.

Marduk sigue vivo hasta este tiempo(2015) el es el dios de la humanidad esta viviendo en japón ya es anciano,sobre inanna ,enki,enlil,anu y otros dioses disidieron reencarnar en la tierra para que la humanida despierte,sus cuerpos estan en un estado meditativo custodiado para que nadie destruya sus cuerpos cuando la humanidad despierten ellos volveran a sus cuerpos anunnakis. 

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