Un tormenta geomagnética solar sacudió la Tierra desde el 15 de agosto, alcanzando en el mismo día nivel fuerte – G3, en la escala 1 a 5- informó el equipo de Clima Espacial de la Agencia Nacional Oceanográfica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos.
Lo que sigue a este tipo de tormentas, es que en la atmósfera de la Tierra se producen las admirables coloridas auroras boreales y australes. Este fenómeno coincidió con una casi alineación del Sol, Venus y la Tierra.
Aurora casuada por una tormenta geomagnética solar. ( NOAA)
Según el equipo de NOAA, una eyección de masa coronal brotó el 15 de agosto desde el agujero coronal CH88. Esto liberó una un viento solar con partículas ionizadas, que alcanzaron la Tierra.
En la medida que el Sol fue rotando su cara hacia la derecha, mirándolo desde la Tierra, el efecto del viento solar con partículas lanzadas a alta velocidad se ha ido alejando de la Tierra. El 16 de agosto alcanzó el nivel de la alerta moderado G2, y al día siguiente, G1, o menor.
A raíz de este plasma solar lanzado a toda velocidad, con la alerta G3, los satélites de baja órbita pueden sufrir problemas de orientación. Esto significa también que la navegación por satélite puede fallar, si no se interviene de inmediato.
Cuando las partículas del Sol ionizadas chocan con el campo magnético de la Tierra, se produce un efecto en cadena de ionización de las partículas subatómicas, que se desliza hacia los polos, donde se generan las hermosas auroras.
En esos momentos, en los sistemas de energía terrestres o aéreos, puede suceder que se tengan que hacer correcciones, por falsas alarmas. Esto es particularmente notorio en las altas latitudes.
Desde la Estación Espacial Internacional, el astrónomo Scott Kelly, captó las imágenes de las coloridas y luminosas auroras boreales, vistas desde el espacio, mientras la nave orbitaba la Tierra momentos antes del amanecer.
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