Eres mi esposa, pero de ti haré una REINA, porque en ti me apoyo, en ti pienso, en ti confío y en ti veo mi presente y futuro.
Llamarte mi esposa, es pensar que te pertenezco, que tuyo es mi corazón, mi vida, mis palabras, mis pensamientos, mis ilusiones, mi felicidad, mi respeto, mis planes y mis proyectos.
Y yo soy tu esposo, aquel que estará todo tiempo a tu lado sin pedirte nada a cambio, el que te da todo, mi amor, mi cariño, mi respeto y mi fidelidad. Soy también el que estará a tu lado cuando las tristezas te acechen; aquí estaré siempre para ti, para apoyarte y animarte. Te amo esposa mía por todo lo que eres, te amo por tu ternura, tu locura, tu amor, tu pasión, tus virtudes y debilidades.
Eres mi amiga, no me fallarás, no me traicionarás y no me dañarás. Porque somos los mejores amigos del mundo, tú me entiendes y yo te entiendo, somos dos en uno, ¿o mejor somos dos que uno? Porque si caigo, tú me levantas y si tú caes yo te levanto; pero ¡ay de aquel que esté solo, pues cuando cayere, no habrá segundo que lo levante! También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; más, ¿cómo se calentará uno solo? Por esto quiero estar toda la vida a tu lado, para que estés conmigo y yo contigo y sentir tu calor y tu respiración.
Eres mi amante, mi fruta de pasiones; es mi deseo el hacerte mía a cada momento, es mi deseo verte a mi lado en la noche, es mi deseo profundo acariciarte, y estar contigo disfrutando de tu presencia, amante mía, en la noche entera. Que la noche se haga larga, placida y eterna; que el tiempo se detenga para seguir disfrutando de este gran amor, y al final quedarnos dormidos contentos de que estemos el uno junto al otro.
Mi esposa, mi amiga y mi amante es la unión de dos personas que se aman, es el compartir día a día de todas la cosas que nos sucede, es la pasión de estar con y como una sola persona.
Tú eres el alma que acompaña mi alma, la sangre que acaricia mi sangre, mi compañera, mi sueño hecho realidad, mi esposa…