Un poeta dijo:
«Dile a quien me envidia:
¿Sabes a quién estás faltando el respeto?
Estás faltando el respeto a Allâh en lo que hizo
Ya que no estás satisfecho con que me haya concedido de Su favor;
entonces Él te ha contestado aumentando mis riquezas
y cerrándote una a una todas las puertas que llevan a las ganancias.»
¿Sabes a quién estás faltando el respeto?
Estás faltando el respeto a Allâh en lo que hizo
Ya que no estás satisfecho con que me haya concedido de Su favor;
entonces Él te ha contestado aumentando mis riquezas
y cerrándote una a una todas las puertas que llevan a las ganancias.»
Otro poeta dijo:
«Acepta el decreto de tu Señor, ¡oh tú el envidioso!
Y no te opongas a lo que Allah desea.
La subsistencia ha sido repartida por Allah;
así que la riqueza y la pobreza son cosas decretadas por Allah.»
Y no te opongas a lo que Allah desea.
La subsistencia ha sido repartida por Allah;
así que la riqueza y la pobreza son cosas decretadas por Allah.»
Yo digo:
«Ten paciencia ante las maquinaciones del envidioso,
pues tu paciencia lo matará.
En efecto, cuando el fuego no tiene más combustible que consumir
se consume a sí mismo»
pues tu paciencia lo matará.
En efecto, cuando el fuego no tiene más combustible que consumir
se consume a sí mismo»