10/11/2015 Archivo
Con el viento a favor de las encuestas, que lo sitúan como vencedor en la segunda vuelta electoral del 22-N, Mauricio Macri ya habla como si fuera el próximo presidente de Argentina. Prudente en sus declaraciones, sabe que cualquier error podría favorecer a su rival, el candidato oficialista Daniel Scioli, en la recta final de la campaña. Pero hay dos temas centrales de su agenda sobre los que no ha evitado pronunciarse este martes: el narcotráfico y la corrupción.
"La negación (del narcotráfico) que ha hecho este Gobierno (de Cristina Fernández de Kirchner) lo transforma en cómplice porque durante una década ha permitido que el narcotráfico se expanda y se instale en la Argentina", ha declarado el candidato conservador y alcalde saliente de Buenos Aires en un encuentro con corresponsales extranjeros celebrado en la sede del Gobierno porteño.
Respecto a la situación de la justicia en Argentina (otra de las críticas más recurrentes de la oposición contra el kirchnerismo), Macri ha subrayado que si asume el Gobierno el próximo 10 de diciembre respetará la independencia del poder judicial y acabará con la "impunidad": "En mi gobierno no voy a permitir ningún tipo de impunidad ni del pasado ni del presente en relación con ninguno de mis funcionarios".
Los sondeos divulgados hasta la fecha auguran un triunfo de la coalición Cambiemos el 22-N. Pero las encuestas erraron en sus pronósticos el pasado 25 de octubre, cuando se realizó la primera vuelta, en la que Scioli partía como favorito y aventajó en sólo tres puntos (37% frente al 34%) al alcalde saliente de Buenos Aires.
Para Macri, Argentina no necesita "recetas del pasado" para salir adelante. "Nosotros en el PRO (Propuesta Republicana) sentimos que lo que había pasado en la crisis de 2001 no era lo que queríamos para nuestro país. No creemos en este Gobierno cuando fue neoliberal ni cuando fue hiperestatista y populista.Creemos que hay una vía intermedia que consiste en resolver los problemas de la gente respetando las instituciones".
Al contrario que lo expuesto por la dirigente de Cambiemos Elisa Carrió, el candidato presidencial no percibe que pueda desatarse un clima de violencia en Argentina si el peronismo es desbancado del poder: "Espero que se respeten las formas en las elecciones del 22 de noviembre. Le pido a la gente que se siga movilizando y que nos acompañe en el cambio. Pienso que estamos en vísperas de un cambio histórico para Argentina y entiendo que mucha gente esté preocupada".
El líder conservador ha evitado referirse a la situación que se vive en Cataluña: "No he seguido de cerca el tema; me abstengo de opinar al respecto", ha dicho escuetamente al ser preguntado por la declaración de independencia aprobada por el Parlamento catalán. Y tampoco ha querido pronunciarse sobre sus preferencias políticas de cara a las elecciones en España. "Tengo una larga relación con (Mariano) Rajoy, a quien acompañé a hacer campaña en Buenos Aires (...) pero gane quien gane, queremos tener el mejor nivel de relaciones posible con la madre patria", ha señalado.
Macri ha reiterado que si llega a la Casa Rosada pedirá que se active la cláusula democrática en Mercosur para que se libere a los presos políticos en Venezuela. "Tengo una gran preocupación por lo que está pasando allí".
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