El enamoramiento es una alquimia que se produce en un caso cada 562y son quienes superan los 65 años los hombres o mujeres que tienen las mayores posibilidades de encontrar su alma gemela.
Así lo indica un estudio de la Universidad de Bath, que calculó las probabilidades de enamorarse con el apoyo de la matemática Rachel Riley. "El amor es realmente un juego de números", afirmó, convencida, Riley.
Los investigadores basaron sus cálculos -que dejan a los jóvenes en amplia desventaja de encontrar el amor- en 18 factores clave, entre ellos, la posición geográfica, la edad deseada, el aspecto físico y el estado de las relaciones.
Cómo fue el muestreo en Gran Bretaña
Los expertos descubrieron que solo84.440 personas en Gran Bretaña satisfacen las exigencias románticas promedio sobre una población adulta de más de 47 millones de habitantes. Esto equivale a solamente una persona cada 562. Si no todo se deja librado al azar y se pone un poco de empeño, según los estudiosos, las probabilidades de encontrar un alma gemela pueden aumentar.
Por ejemplo, hablar con alguien en el gimnasio puede aumentar las posibilidades en un 15%; permitirse unos tragos y, en general, los momentos compartidos después del trabajo, en un 16%, mientras que participar de sitios de citas online, añade un plus de chance de 17%. Del estudio surge un dato interesante, que desmiente la habitual convicción según la cual es más difícil hallar el amor cuando se envejece.
Según los investigadores, la franja de edad con las mejores oportunidades oscila entre los 65 y los 74 años. Entre estas personas, una de cada 304 puede encontrar al compañero adecuado.
En tanto, los más jóvenes, aquellos que tienen entre 18 y 24 años, están en seria desventaja: solo uno tiene una posibilidad entre 1.024 de experimentar la sensación de mariposas en el estómago.
Según la experta en matemáticas, "cuanto mayor esfuerzo se hace de encontrar nuevas personas, más elevadas son las probabilidades de éxito".
"Sin embargo, como sugieren nuestros datos, las posibilidades pueden disminuir drásticamentecuando somos muy rutinarios, nos mantenemos firmes en nuestras convicciones en lo referente a la edad, el lugar en que vivimos, las miradas sobre la vida e incluso las preferencias en cuanto a animales domésticos", concluyó Riley.