En mi próxima investigación voy a revelar más datos sobre presencia Anunnaki en Argentina, y de cómo se juegan fuerzas muy poderosas. Voy a hablar del bien y del mal en la Argentina.
Entonces. ¿Porque los Anunnakis interfirieron a favor de Argentina?
¿Qué es lo que quieren de Nosotros?
Si protegieron nuestro país, están acá, entre nosotros, seguramente.
¿Y quiénes están?
Aclaración importante: Esta investigación es realizada totalmente por mí.
Este post trata de la aparición de ayuda celestial en la batalla más importante que tuvo Argentina. La batalla de Tucumán.
Este es un ejemplo, de que Argentina tuvo protección, como el pueblo elegido, en su pasado.
La batalla de Tucumán fue un enfrentamiento armado librado el 24 y 25 de septiembre de 1812 en las inmediaciones de la ciudad argentina de San Miguel de Tucumán, en el curso de la Guerra de Independencia Argentina. El Ejército del Norte, al mando del general Manuel Belgrano, derrotó a las tropas realistas, que lo doblaban en número, deteniendo su avance sobre el noroeste argentino.
En la mañana del 24 de septiembre de 1812, día del combate, el general Belgrano estuvo orando largo rato ante el altar de la Virgen, e incluso la tradición cuenta que solicitó la realización de un milagro a través de su intercesión.
En la batalla se formaron dos frentes.
El del este avanzo muy rápido. Las tropas de Belgrano llegan hasta la retaguardia enemiga.
El del oeste se complicó. Aquí los avances desiguales fraccionaron el frente, haciendo la batalla confusa, incomprensible para sus comandantes y dejando en buena medida las acciones a cargo de los oficiales que encabezaban cada unidad.
La providencial aparición de una enorme bandada de langostas, que se abatieron sobre los pajonales confundió a los soldados y oscureció la visión, acabando de descomponer el frente enemigo. Las versiones tradicionales refieren que fue tal la confusión sembrada por aquel enjambre de langostas que hizo parecer a los ojos de las fuerzas españoles, un número muy superior de tropas patriotas, lo que habría provocado su retirada en la confusión.
"Aunque el triunfo de Tucumán -escribe Mitre- fue el resultado de un cúmulo de circunstancias imprevistas", cabe a Belgrano "la gloria de haber ganado una batalla contra toda probabilidad y contra la voluntad del gobierno mismo".
Entonces. ¿Porque los Anunnakis interfirieron a favor de Argentina?
¿Qué es lo que quieren de Nosotros?
Si protegieron nuestro país, están acá, entre nosotros, seguramente.
¿Y quiénes están?
Aclaración importante: Esta investigación es realizada totalmente por mí.
Este post trata de la aparición de ayuda celestial en la batalla más importante que tuvo Argentina. La batalla de Tucumán.
Este es un ejemplo, de que Argentina tuvo protección, como el pueblo elegido, en su pasado.
La batalla de Tucumán fue un enfrentamiento armado librado el 24 y 25 de septiembre de 1812 en las inmediaciones de la ciudad argentina de San Miguel de Tucumán, en el curso de la Guerra de Independencia Argentina. El Ejército del Norte, al mando del general Manuel Belgrano, derrotó a las tropas realistas, que lo doblaban en número, deteniendo su avance sobre el noroeste argentino.
En la mañana del 24 de septiembre de 1812, día del combate, el general Belgrano estuvo orando largo rato ante el altar de la Virgen, e incluso la tradición cuenta que solicitó la realización de un milagro a través de su intercesión.
En la batalla se formaron dos frentes.
El del este avanzo muy rápido. Las tropas de Belgrano llegan hasta la retaguardia enemiga.
El del oeste se complicó. Aquí los avances desiguales fraccionaron el frente, haciendo la batalla confusa, incomprensible para sus comandantes y dejando en buena medida las acciones a cargo de los oficiales que encabezaban cada unidad.
La providencial aparición de una enorme bandada de langostas, que se abatieron sobre los pajonales confundió a los soldados y oscureció la visión, acabando de descomponer el frente enemigo. Las versiones tradicionales refieren que fue tal la confusión sembrada por aquel enjambre de langostas que hizo parecer a los ojos de las fuerzas españoles, un número muy superior de tropas patriotas, lo que habría provocado su retirada en la confusión.
"Aunque el triunfo de Tucumán -escribe Mitre- fue el resultado de un cúmulo de circunstancias imprevistas", cabe a Belgrano "la gloria de haber ganado una batalla contra toda probabilidad y contra la voluntad del gobierno mismo".