La Muerte Súbita es realmente una muerte inesperada, natural, rápida, que se produce casi de forma instantánea, en alguien que aparentemente estaba bien, con buen estado de salud y que no tenía ninguna causa que justifique el fallecimiento y que no obedece a ningún accidente, traumatismo, suicidio ni envenenamiento.
Una definición más formal, y utilizada en los estudios médicos es: “Muerte súbita es el fallecimiento que se produce en la primera hora desde el inicio de los síntomas o el fallecimiento inesperado de una persona aparentemente sana y se encontraba bien en plazo de las 24 horas previas”.
La principal causa es una arritmia que se llama FIBRILACIÓN VENTRICULAR. Esto provoca que el corazón pierda su capacidad de contraerse de manera organizada, por lo que deja de latir. La persona que sufre una muerte súbita pierde en primer lugar el PULSO y en segundos el conocimiento y la capacidad de respirar. Esto constituye una situación crítica, que de no recibir atención de inmediato, el color de la piel pierde rápidamente su tono rosado habitual y se torna azul violáceo con el consecuente fallecimiento en cuestión de minutos.
Por lo tanto, es importante saber que para revertir el estado de arritmia, ante la falta de un desfibrilador externo, las maniobras de reanimación cardiopulmonar pueden conseguir en muchos casos que la arritmia desaparezca y el paciente se recupere. Si por fortuna esto sucede, estaremos ante una MUERTE SÚBITA REANIMADA.
Por otro lado, la importancia de saber que existen otras causas de muerte súbita de origen NO CARDÍACO, entre las cuales podemos mencionar el tromboembolismo pulmonar y hemorragias cerebrales (ACV hemorrágico y malformaciones arterio venosas como son los aneurismas) entre otras.
Cuando alguien se muere súbitamente, enseguida nosotros pensamos si tendremos riesgo de morirnos también así ¿Hay algún componente genético? En sentido amplio, se puede decir que sí. Alguien que tiene familiares que se han muerto de manera súbita, uno tiene más probabilidad también de morirse súbitamente, pero tenemos que tener en cuenta varios grupos de edad cuando hablamos de la muerte súbita, como por ej:
- Grupo entre los 0 y 6 meses de vida ( Recién Nacidos ): En éste caso estaremos hablando de Muerte Súbita del Lactante.
- Personas jóvenes sin aparentes problemas menores de 35 años: Aquí si estamos hablando de algunas enfermedades que tienen un origen congénito y que hoy sabemos que pueden causar la muerte súbita. Pueden estar relacionadas con enfermedades cardíacas previas que pueden afectar tanto al músculo cardíaco (Miocardiopatías, entre ellas, la más frecuentemente asociada es la miocardiopatía hipertrófica) como a la actividad eléctrica del mismo (Canalopatias , como el Síndrome de Brugada o el síndrome de QT largo , entre otras).
- Personas mayores de 35 años: Son la mayoría de las personas que mueren súbitamente. Generalmente aquí ya no hay un origen congénito. Uno de los problemas más importantes de nuestra sociedad es la arterioesclerosis que ha obstruye algunas de las arterias que irrigan el corazón y por ese motivo se produce el fallecimiento (INFARTO AGUDO DE MIOCARDIO).
Como bien mencionamos previamente, la CAUSA principal se debe a una arritmia cardíaca MALIGNA (fibrilación ventricular). Esto provoca que el corazón deje de funcionar de manera ordenada perdiendo la capacidad de generar un latido cardíaco efectivo, por lo que dejaría de bombear sangre con la posterior caída de la presión arterial a 0 , anulando el riego sanguíneo del cerebro y del resto del cuerpo. Cabe destacar que cuando la circulación sanguínea se detiene a raíz del proceso mencionado, el oxígeno y los nutrientes dejan de llegar a los órganos, los cuales paulatinamente empiezan a sufrir. El más vulnerable de todos es el CEREBRO, y es por ésta razón que varios minutos de parada cardíaca puede ser el origen de lesiones cerebrales graves e irreversibles.
Otra pregunta que podemos hacernos es ¿Cómo tratamos una muerte súbita?
Por un lado la única medida de tratamiento eficaz es la DESFIBRILACIÓN, que consiste en administrar al corazón una descarga eléctrica externa de energía controlada por un dispositivo llamado desfibrilador. Lo habitual en una situación así, es que luego de la descarga, el corazón se reinicie desde cero recuperando su ritmo cardíaco habitual normal.
Es importante saber como tratar esta patología ya que su pronóstico depende exclusivamente del tiempo que transcurre entre que el corazón se detiene y se aplica una desfibrilación. Algunas cifras a nivel mundial expresan que por cada 1 minuto de demora existe un 10% menos de posibilidades de que el paciente se recupere.
¿Cómo debemos manejarnos y actuar ante una situación así?
Imaginemos una persona que sufre una parada cardíaca en diferentes escenarios. Dicha persona se encuentra en una situación tan desesperada en la que cualquier ayuda puede marcar la diferencia entre el fallecimiento y la recuperación del mismo. Cualquier tipo de ayuda será beneficiosa y ninguna de las atenciones que intentemos puede ser perjudicial.
Los pasos a seguir deben ser:
- Corroborar si la persona responde o no a estímulos verbales.
- Corroborar si tiene Pulso o no.
- Solicitar atención médica
- Explicar al Servicio de emergencias que tenemos una persona que está sufriendo una parada cardíaca.
- Solicitar un desfibrilador externo
- Mientras esperamos el servicio de emergencias, no demorarse, y comprobar el estado del paciente y si tiene o no algún tipo de respuesta y si se puede observar si respira o no. En caso negativo no debe demorarse el inicio de las maniobras de reanimación cardiopulmonar. Actualmente es bastante conocido pero ya se comprobó que la respiración boca a boca resulta innecesaria e ineficaz, y habiéndose comprobado que lo realmente importante es el masaje cardíaco correcto.
La muerte súbita es un “fantasma” que hay que afrontar con responsabilidad. Debemos tomar conciencia para llevar adelante una prevención integral que incluya hábitos de vida saludable, consulta médica regular, chequeo previo a la práctica de un deporte y, por otro lado, un entrenamiento en técnicas de reanimación cardiopulmonar.